Capítulo 2

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- Despierte, ya hemos llegado.

Despierto sobresaltada cuando la azafata me agita suavemente el hombro. Al mirar a mi alrededor veo el avión vacío.

Me levanto lentamente tras mostrarle a la azafata una sonrisa agradecida y salgo del avión.

Cojo mis maletas y me dispongo a salir del aeropuerto. En la puerta me encuentro a un hombre de unos 40 años con un cartel en el que pone mi nombre. Me acerco decidida a él.

- ¿Lexa Miller? - Me pregunta confundido.

- La misma.

- Estoy aquí porque me han mandado a recogerla para llevarla al internado Deerfield.

- Aaah vale, gracias.

Entonces me mira detalladamente.

- ¿Me permite, señorita Miller? - Dice refiriéndose a mis maletas.

- Claro, pero llámame Lexa. - Le digo sonriendo.

- Por supuesto, yo soy Derek. - Me dice mientras coge mis maletas.

- Encantada.

Ambos subimos al coche y me doy cuenta de que cada vez estoy más cerca de estar encerrada en un internado para ricos malcriados.

Cuando llegamos, Derek me acompaña con mis maletas hasta, la puerta donde me espera una mujer vestida de una forma muy elegante.

-Tu debes ser la famosa Lexa Miller.

Asiento.

-Yo soy Amybeth Brown, la directora del internado Deerfield, espero que nos llevemos bien durante tu estancia aquí.

Eso espero, por mi bien y por el suyo.

Me guía por el internado hasta una habitación del cuarto piso para soltar las maletas. Es una habitación bastante amplia con 2 camas aunque en este momento está vacía. Me pregunto quien será mi compañera de habitación.

Salgo ya que la señora Brown me dijo que me enseñaría el internado.

Me la encuentro en la puerta esperándome.

- Cómo habrás visto la habitación está vacía, esto es debido a que es la hora de comer y todos los alumnos se encuentran en la cafetería.

Caminamos por el pasillo hasta las escaleras.

- El segundo y tercer piso es exclusivo para chicos al igual que el cuarto y el quinto lo son para las chicas. Es decir, está prohibido estar en el piso del sexo contrario.

Asiento lentamente y seguimos caminando. Cuando terminamos de recorrer este inmenso internado me guía hasta la puerta de la cafetería.

- Cómo es el primer día y eres nueva aquí puedes llevar tu ropa habitual, pero mañana sin excepción deberás llevar el uniforme que hemos dejado en tu habitación.

- De acuerdo. - En realidad no lo estoy.

- Entra a comer algo que seguro que estás hambrienta después del viaje. - Claro que lo estoy...

Se despide con una sonrisa y yo entro a la cafetería. Automáticamente tengo todos los ojos puestos sobre mí. Supongo que el ser hecho de ser el primer año que vengo, llevar mi ropa y, además, tener el pelo morado no ayuda. Menos mal que aún no saben quien soy...

Le pido algo de comer a una señora muy simpática y me dirijo a una mesa vacía. Escucho a mucha gente murmurar cosas sobre mí, aunque les ignoro a todos.

Empiezo a comerme tranquilamente las patatas que venían con la hamburguesa que me ha dado la mujer, cuando de repente una chica rubia se sienta junto a mí.

- Hola, soy Jane Daniels. - Me dice con una sonrisa.

- Hola...

- Espero no molestarte, me pareció que estabas un poco desubicada y yo también he sido nueva aquí.

- Aah, gracias.

Sigo comiéndome tranquilamente mis patatas mientras la chica me mira confundida.

- ¿Y cuál es tu nombre?

- Lexa. - Le respondo cortante.

Todo el mundo nos mira curioso.

- Lexa...

- Miller.

- Espera... ¿¡QUÉ!? - Las chicas de la mesa de al lado nos miran sobresaltadas por su grito.

- Si, soy hija de Clare Miller... -Todo el mundo empieza a cuchichear.

Me levanto de golpe harta de que sigan mirándome.

- No es de buena educación escuchar conversaciones privadas - Digo levantando la voz.

En ese momento todos empiezan a sonrojarse y a mirar hacia otro lado intentando disimular.

Jane empieza a reírse a carcajadas.

- Me caes bien. Y antes no he reaccionado así por tu madre, he reaccionado así porque eres la hija del mejor boxeador del mundo.

- ¿Te gusta el boxeo? - Le pregunto impresionada.

- Lo adoro, ojalá se me diese bien. - Me dice apenada.

- Quizás podría enseñarte algo...

- ¿Lo harías?

Asiento lentamente.

- Ya te amo.

Esta chica es todo lo contrario a lo que imaginé que habría aquí. Puede que lleguemos a ser buenas amigas.

- Oye... -Me dice como acordándose de algo.

- ¿Sí?

- ¿En qué habitación estás?

-69ª... - Hasta que no lo he dicho no me he dado cuenta de ello. Que suerte la mía.

Suelta varias carcajadas.

- Al parecer somos compañeras. Esto es cosa del destino que quiere unirnos.

Pongo los ojos en blanco.

-Si tú lo dices...

Seguimos hablando durante unos minutos y finalmente salimos de la cafetería.

- ¿Te gustaría que te presente a unos amigos?

- Claro. - Tampoco es que tenga otra cosa mejor que hacer.

Let me tell you somethingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora