Let me tell you something

Capítulo 3

Sigo a Jane por todo el internado y cruzamos una especie de jardín bastante alejado del edificio principal hasta llegar a una cabaña que parece abandonada.

- Ahora es cuando me atas en el sótano de esa cabaña para torturarme y después matarme ¿me equivoco? – Es broma... Al menos, eso espero.

- ¿¡Qué!? Por supuesto que no. Como ya te había dicho, quiero presentarte a alguien.

- ¿Un asesino en serie? – Miro detenidamente la cabaña y es lo único que me imagino que pueda haber dentro, además de cientos de arañas y Dios sabe que más.

- Me encanta tu positivismo – Me dice sarcástica. – Además, ¿por qué te preocupa eso? Se supone que sabes defenderte.

Le suelto una mirada de odio a lo que ella responde con una carcajada.

-Entremos ya.

Asiento y me dirijo a la puerta junto a ella.

Si sobrevivo a esto juro no volver a usar a James como saco de boxeo, me digo a mí misma.

Para que mentirnos, ni si quiera yo me creo eso.

Entramos en la cabaña y lo que me encuentro no es, para nada, lo que esperaba. Hay 2 chicos en un sofá frente a una tv jugando a videojuegos mientras otros 2 chicos y una chica se encuentran jugando al póker en una mesa situada en un rincón de la habitación. Además, esta cabaña está en demasiado buen estado, al contrario de lo que imaginé.

La chica que estaba jugando al póker se levanta de golpe y va a abrazar a Jane.

- ¡¿Cómo has sido capaz de dejarme sola con ellos durante tanto tiempo?! Sabes lo insoportables que pueden llegar a ser... - En ese momento deja de fijarse en Jane para fijarse en mí.

- Ah, hola... - Me dice en voz baja.

Saludo con la cabeza.

- Alissa, ella es Lexa – Le dice Jane.

- Encantada Lexa, yo soy Alissa, la prima de Jane. – Me sonríe a la vez que se acerca a abrazarme.

Incómoda, me separo lentamente.

-Espera, ¿¡sois primas!?- Jamás lo habría imaginado, es decir, no se parecen en nada. Jane es rubia y tiene los ojos cafés y Alissa es morena y tiene los ojos verdes, además, Jane es mucho más alta que Alissa. Probablemente Jane y yo tengamos la misma estatura.

- Esa es la reacción de todos – Dice Jane.

-Nunca nadie se lo espera -Responde Alissa.

En ese momento me fijo en los otros 4 chicos que había en la habitación, que, hasta el momento habían estado callados. Todos siguen con sus cosas sin mostrar el mínimo interés.

- ¡Chicooooos! – Grita Jane llamando la atención de todos. – Levantaos ahora mismo y presentaos.

En ese momento todos dejan sus tareas y se levantan obedeciendo a Jane. Lo hacen como si su vida dependiese de ello.

Me gusta Jane, parece que sabe imponerse sobre ellos.

El primero que se acerca a presentarse es un chico pelirrojo de ojos verdes, es bastante atractivo pero no es mi tipo.

- Yo soy Andrew, encantado de conocerte... -Me dice con una sonrisa pícara mientras se dispone a coger mi mano para ¿besarla?

Aparto la mano rápidamente lo que hace que varios de sus amigos estallen en carcajadas.

- Yo soy Lexa. Y ni se te ocurra volver a hacer eso.

Su sonrisa hace tiempo que ha desaparecido y en su lugar está una mueca de confusión.

- ¿Qué? – Le pregunto ya que se ha quedado mirándome de una forma muy extraña.

- Lo que pasa es que no está muy acostumbrado a que le rechacen – Dice uno de los chicos que jugaba al póker.

- Cállate Luke... - Dice Andrew enfadado.

Los demás vuelven a reírse tras ese comentario.

- Yo soy Luke. – Me dice con una sonrisa. Me fijo en él. Tiene los ojos de un profundo gris que combinan perfectamente con su pelo castaño. Al igual que el resto lleva el uniforme azul del internado con esa horrible corbata roja. Lo peor es que a todos en esta habitación les queda exageradamente bien, es surrealista.

Asiento respondiéndole a la sonrisa. Parece simpático, mucho mas que el pelirrojo engreído.

El siguiente en presentarse es un chico con el pelo verde.

- Soy Zack. He de decir que me encanta tu pelo.

- El tuyo tampoco está nada mal. – Le digo soltando una carcajada.

Durante varios segundos se mantiene un silencio sepulcral.

- Jack... - Dice Jane con tono amenazante.

Me giro para ver a quien se lo dice y me encuentro a un chico alejado del resto de nosotros recostado sobre la pared.

El chico mira a Jane con desgana y seguidamente rueda los ojos. - ¿Sí, hermanita?

Espera, ¿ha dicho hermanita? Si pensaba que Alissa y Jane no se parecían siendo primas, esto ya es otro nivel. Jack tiene el pelo del negro azabache más oscuro que he visto jamás y sus ojos son de un azul que parece irreal. Son como... magnéticos, incitan a mirarlos.

Basta, ¿qué estoy haciendo? Me obligo a mi misma a dejar de mirarle y centrarme en otra cosa.

Se acerca lentamente hasta quedar a medio metro de mí.

- Soy Jack. – Lo dice como si quisiese librarse de la situación lo antes posible.

- Tuvieron valor tus padres al ponerte ese nombre... - Le digo desafiante.

Me mira fijamente - ¿Qué estás diciendo?

- Jack Daniels, ¿no? – Le digo con una sonrisa de superioridad. – A decir verdad, soy más de vodka.

Los demás hacen lo posible por contener sus risas, aunque es en vano porque Zack está a punto de llorar de la risa.

Jack gira la cabeza para mirar directamente a sus amigos e inmediatamente cesan las risas de Zack.

En su mirada se podía ver el odio. Entonces se dio la vuelta y salió de la cabaña dejando a todos sin palabras.

Comencé a reírme a carcajadas y todos me miraron confundidos.

- ¿Se puede saber qué haces? - Me dice Luke consternado.

Entonces soy yo la que le mira confundida.

- ¿Cómo eres capaz de retarle así y luego reírte a carcajadas? – Sigue diciendo Andrew.

- En primer lugar, se lo merece por ser tan antipático. En segundo lugar, la cara que ha puesto ha sido brutal. Ha sido divertido, ¿o no?

Todos me miran atónitos excepto Jane que parece eufórica.

En ese momento se lanza a abrazarme mientras ríe a carcajadas. – Jamás pensé que hubiese alguien a parte de mí que pudiese retar así a mi hermano y no resultar herido en el intento. ¡Cada vez te adoro más!

Pasé el resto de la tarde con ellos en la cabaña ya que Jane impidió que me fuese y he de decir que lo pasé bastante bien. Pulvericé el ego de Andrew al sacarle como 200 dólares al póker y acabamos hartos de reírnos porque Zack se negaba a jugar conmigo al blackjack.