Cuerpo, Alma y Mente

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"Mi alma quiere libertad, pero mi piel no se la entrega"

Siento que no te puedo dejar ir. No puedo escaparme. 

Te tengo en mi alma, en mi cuerpo, en mi mente. Tengo enterrados en cada rincón las cicatrices de tus recuerdos y no me pudo desprender, no me puedo liberar. Porque la necesidad de vos me mata por dentro. El correr del tiempo no calma mis pesares, intensifica el dolor en cada lagrima.

Asumir que es un pasado y no un presente; que es un te tuve y no un te tengo; que tu piel fue mía pero ahora no puedo tocarla, no puedo sentirla; no puedo perderme en vos, después de cada caricia o en tu sonrisa luego de cada beso y ahora simplemente me pierdo en la agonía de no poseerte.

Me erizo con tu presencia en mis sueños, me buscas, me vuelves a amar, volvemos a besarnos, vuelvo a encontrarte a mi lado en la mañana, descubierto. Me siento inocente como una niña contemplando esa muñeca que tanto deseo, esperó y obtuvo. Con un cuidado inexplicable, resultado del anhelo de ello. Te acaricio con mis ojos, celosa del sol que se posa sobre tu piel, cubriéndola plenamente, observando la calma de tu respiración, me mece una tranquilidad dulce. Despierto, vuelvo a morir, no te poseo.No te encuentro en el cuerpo que yace a mi lado. Mi cuerpo inerte siente una tristeza y falta inmensa. Desearía dormir por siempre si solo allí puedo volver a tenerte, a sentirte, volver a hacerte mio. Mi piel te recuerda y me produce cosquilleo que me recorren cada hebra de mi cuerpo, revolucionando todos mis instintos.

Necesito volver a verte como antes, ser tuya una vez más. No niegues que quieres, porque aunque me reemplaces, hasta el mínimo detalle nos puede hacer recordar, ni la fuerza más grande, ni tu voluntad, ni una religión, ni un vicio, ni otra persona puede borrar de nuestra memoria esas imágenes. Las pieles recuerdan, las mentes también, se hace imposible el escape otra vez.

Cicatrices de besos sobre todo mi cuerpo, aunque por momentos intente fingir la omisión de mis recuerdos, es difícil dejarlas pasar en silencio. Quizá alguna vez un beso ajeno, un aroma, otra sonrisa, otra caricia o simplemente una mirada, te recuerde a mi y cuando lo sientas, mi presencia sobre tu alma, no dudes en volver. Porque te pertenezco en cuerpo, alma y mente, todo mi ser es tuyo.

Te veo y siento en tu mirada la escasez de memoria, cada noche, cada madrugada, cada mañana, cada sensación pura en deseo. ¿Realmente me has olvidado? después de la lujuria de tus besos, que me transmitían el apetito de estar dentro mio. ¿Lo has logrado?. Espero que aunque lo hayas hecho alguna vez me dediques una mínima sonrisa, para recordar lo bueno que vivimos y no la decadencia que sufrimos. Fue más fácil huir, no supero tu rendición y suelto un grito ahogado de lo más profundo de mi. Pero el amor no surge y planta dudas, ama y no se controla, no se previene y no se cura fácil.









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