Salí con tu mujer

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En una noche de invierno en Central City, las personas buscan un lugar para pasar el frío y otras deciden simplemente chocar contra la noche.
En un bar bastante conocido se encontraba sentado Hal Jordan; piloto de la fuerza aérea con renombre y un galán de primera. Su vista estaba severamente afectada por la preocupación y la tensión le daba un aura de que algo no estaba bien.
Hal chocó los hielos en la copa de whisky por séptima vez sin ganas, meditando en si hacerlo ahora o no.

"Es ahora o núnca Harold"

Se dijo a sí mísmo.
La campana de la puerta sonó e inmediatamente sus avellanados ojos se trasladaron por todo el intervalo del sitio hasta encontrarse visualmente con la persona que más temía en ese momento.

-Hal.

Llamó su víctima una vez que lo hayó. Observó a detalle cómo se encontraba a medida que se acercaba; era un esplendor.

"Ya entiendo porque le gustas"

Pensó con amargura.

-Iris, tengo algo que decirte... algo, que no se lo he dicho a nadie.

Hal se acomodó más en la barra; miró directo a la pelirroja quien acababa de llegar a la citación que se le había echo, ni siquiera se había sentado que ya estaba comenzado con lo inevitable.

-¿Por qué a mí, Hal?

Preguntó suave, hayándose curiosa sobre el hecho de que Hal Jordan tenía que confesarle algo a ella.

-¿Por qué no a Barry? ¿Qué no eran amigos o...?

-Barry no puede saberlo. Es... serio.

La pelirroja parpadeó sin expresión alguna pero asombrada en el interior por tal respuesta; como periodista estaba acostumbrada a ver toda clase de cosas pero esto era una pequeña excepción.

-Wow.

-Sí. Es serio. Muy serio. Y... yo sé que eres igual de comprensiva que Barry o inclusive más, es por eso que te cité a tí en lugar de a él.

-Esta bien, Hal, soy todo oídos.

Dijo girando su cuerpo para el castaño, imitando a si su pose y apoyándose en la barra del bar.

-Sin prejuicios.

Señaló serio.

-Sin prejuicios.

Repitió, dando a entender de que no habría discriminación ni nada por el estilo.

Hal respiró hondo y apoyó el dorso de la mano en su boca mirando para bajo, no creyendo de que estaría a punto de soltarlo, no creyendo de que estaba a punto de confesarle a la persona que menos quería ver en ese momento, se sentía mal pero tenía que sacarse ese peso de los hombros. Carajo, que ni a Barry se lo dijo.

-Soy gay.

Confesó alto, lo suficiente para que ella lo escuchara pero no para que los demás lo hagan.

La pelirroja pestañeó varias veces con expresión de asombro.

-Yo...

-Déjame terminar.

Interrumpió severo.

-Okey...

Respondió suave.

-Estoy... enamorado de un hombre.

Para este punto, Hal, levantó la mirada, en busca de una señal, no sabe cuál pero la buscaba.

-Y no le puedes decir a Barry porque piensas que puede juzgarte.

Especuló la pelirroja.

-Bueno... no tan asi pero... lo que temo, o más bien, me preocupa es que se entere... cierta persona que conosco.

Imágenes HalBarry y SuperBat+DrabblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora