¿Recuerdas aquella vez donde me entregué a tí?
Esa linda noche donde la Luna brillaba y las estrellas la acompañaban.
Fui a tu pieza para desearte las buenas noches.
Cuando entre a tu habitación, te bese y paso de un lugar a otro.
Todas tus expresiones y movimientos hacían que olas de placer me recorrieran de pies a cabeza.
Aquella vez donde cada segundo me repetías lo tanto que me amabas.
Yo con una sonrisa tímida te respondía con besos en la mejilla.
Aquella vez donde mi alma y cuerpo fueron uno contigo, dónde nos fundimos entre amor y placer.
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