Chapter 1

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-Señorita Crawford, me duele mucho tener que decirle esto pero su desempeño laboral ya no es el mismo que era hace un año, por la larga y afectuosa amistad que tengo con su padre no voy a despedirla, por lo que me veo forzado a suspender su contrato laboral por un tiempo – el señor Lowell se levanto de su vieja silla de cuero marrón para acercarse a mi – Le diré esto no como su jefe, si no como un amigo de la familia, busque ayuda profesional, creo que la necesita – me miro con lastima de pies a cabeza luego de seguir con su discurso - en cuanto demuestre volver a ser capaz para el cargo, venga a verme. Eso es todo, puede retirarse. – me levanté de mi asiento en frente de él, estrechamos nuestras manos y salí en silencio de su oficia y posteriormente del edificio.

Era un día muy frio en Londres, a mediados de octubre, las hojas de los arboles se tornaban de tonos amarillentos, rojizos y anaranjados por la llegada del otoño. De camino a casa decidí pasar por un café en el R & H cafe gallery para pasar un poco el frio y de paso aliviar el horrible día que llevaba hasta ahora. Después de darle muchas vueltas a al menú me decidí por un Mocca.

Andrew Lowell, el director general del St Thomas' Hospital, llevo casi 4 años trabajando como doctora en su hospital, conseguí este trabajo a causa de la "gran y larga amistad" que tiene con mi familia desde que era una niña, después de todo este tiempo decide suspender mi contrato por que "mi desempeño laboral" ya no es el mismo que antes. No puedo negar que últimamente mi cabeza parece no estar pegada a mi cuerpo, muchos de mis pacientes y compañeros han notado lo distraída que he estado últimamente además de la distancia que intento mantener, pero sigo siento la misma persona desde que entre hasta ahora, no se a que se refiere con "buscar ayuda".

Después de terminar el café me dirigí a casa, tenia una migraña de mil demonios y estaba muy cansada, había sido un día muy largo y solo eran las 16:30pm. Al llegar a casa me pegué una dicha y me puse ropa cómoda, en eso recibí una llamada, era Kim.

- ¡Hey! ¿Qué tal todo? ¿Qué quería decirte el pesado de tu jefe? - su voz se mezclaba con las vagas voces de la gente en la calle.

- Oh, nada. Solo decidido suspender mi contrato temporalmente porque mi "desempeño laboral" ya no es el mismo de antes. Absurdo, ¿no?

- ¿Lo dices enserio? ¿Es tan evidente? Me refiero a tu cambio de comportamiento, sin engañar a nadie, es verdad que has cambiado últimamente. Te has puesto mas distante y agresiva, te conozco desde que éramos niñas así que a mi no me vas a engañar.

- Si, lo sé. Es verdad, pero no es nada en especial, supongo que solo es el estrés, quizás ahora pueda tener tiempo para mi y calmarme un poco.

- Eso espero, cuando quieras hablar puedes llamarme, no hace falta que te lo diga ¿Verdad?

- No hace falta, lo sé, no te preocupes.

- ¡Bien! – elevo la voz emocionada – Ya que no debes trabajar mañana, ¿Te parece si quedamos? Tengo algo para ti, espero que con todo ese estrés no hayas olvidado que día es mañana.

- No lo he olvidado, nos vemos mañana.

- ¡Bien, nos vemos!

Colgué y me fui directo a la cama. Mañana, 16 de octubre es mi cumpleaños numero 25, con los malos días que he pasado lo había olvidado casi por completo, no tengo muchas ganas de salir, pero Kimberly es mi mejor amiga desde que éramos niñas, es la única que ha sabido entender los problemas que vengo trayendo desde mi niñez.

La tarde se me paso muy rápido, viendo alguna película y dedicando tiempo para mi que hace mucho tiempo no hacía. Pasadas ya las 22:30pm me fui a la cama, era la rutina que tenia cada día, pero esta ya no valía la pena si estoy prácticamente desempleada. Me acurruqué entre las sabanas y me dispuse a dormir, mañana seria un largo día, siempre lo es en compañía de Kim.

- ¡Eres una inútil! ¿¡Por qué no puedes dejar de ser la oveja negra de la familia por una maldita vez!? – elevaba la voz cada vez más mientras volvía a golpear en mi cuerpo con el cinturón - ¿¡Por qué no puedes ser como tu hermano!? Siempre dejando a la familia en vergüenza, la familia que tanto esfuerzo me tomo construir y tanto orgullo me da si no fuera ti, sucia basura. ¿Y te haces llamar a tu misma una Crawford? – seguía golpeando mi cuerpo cada vez mas fuerte, con un odio en sus ojos que no había visto nunca, intentaba cubrir para cabeza con mis delgados brazos intentando protegerme de sus golpes, aunque todo fue en vano.

- Ya basta, Patrick. Ya fue suficiente, le quedaran marcas en el cuerpo otra vez, no quiero que vuelvan a llamar de la escuela preguntando por los moretones – mi padre se puso otra vez su cinturón y salió en silencio de la habitación junto a mi madre.

- ¡Auh! Parece que te dieron una buena paliza esta vez, pequeña zorrita. Parece que quedaran marcas por varios días – me miraba de pies a cabeza con el morbo plantado en su rostro – Haber si eres capaz de complacerme esta vez – se acercaba a mi mientras mordía sus labios hasta que se escucho una fuerte e imponente voz desde la sala de estar - ¡Ya voy, padre! – hizo una pausa y se dirigió hacia mi – Pues será en otra ocasión, pequeña zorrita.

Abracé mi pequeño y adolorido cuerpo, diciéndome hacia mis adentros que todo estaría bien, deseando que así fuera como si realmente valiera para algo. Temblaba de miedo en un rincón de mi habitación cuando las lagrimas comenzaron a hacerse presentes. Me acerque a la ventana de mi habitación a contemplar la luna, era una noche despejada y hermosa, con lagrimas en mis ojos me seguía preguntando, ¿Qué había hecho para merecer todo esto? Me seguía dando vueltas en la cabeza la misma pregunta, pero sin respuesta. Jade, ¿Puedes llevarme contigo al cielo? Desde que te fuiste solo a sido una pesadilla sin fin, ¿Por qué me dejaste sola

 


                                                                        ~FIN~

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