Ten

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―¿A donde iremos?

Emilio habla mientras se encuentra en el baño, prácticamente esta gritando, Joaquin está en su habitación acostado observando la habitación del menor algo sorprendido.

Al omega le gusta demasiado el rosa.

―Sorpresa bebé.

Grita, el menor abre la puerta y lo ve, vestido sumamente hermoso, un pantalón blanco y una ramera que prácticamente es algo trasparente, deja ver sus pezones

―No, no iras así, se te ven los pezones.

El menor baja la mirada y ríe, se encoge de hombros y niega con la cabeza, él ira como él desee

―Joaco, ¿Como te explico? No me voy a cambiar o voy así o no voy, fácil y sencillo

Sonríe mostrando una hermosa sonrisa

―Emi...

El rizado niega, se acerca al alfa y coloca su dedo indice en los labios del alfa quien lo observa con las pupilas dilatadas.

―No, Joaco, eso o no salgo contigo.

Ríe y Joaco sabe que debe de ceder o no podrá tener al omega con él. 

― De acuerdo, aunque lleva un abrigo te puede dar frió después

El omega rueda los ojos, de todos modos cede, después de todo quiere complacerlo aunque jugar un poco con el castaño no está para nada mal.

¿O si?

―Vamos.

El rizado entrelaza la mano del mayor cuando este se la da y salen del departamento cerrando con llave, el castaño aprieta el botón para llamar al ascensor y cuando las puertas abren ellos entran, hay una pareja de ancianos que los observan con curiosidad e sus ojos

―Se parecen a nosotros cuando éramos jóvenes.

El anciano ríe y asiente, después toce.

Emilio muerde su labio

Es lindo ver a una pareja que al parecer a pasado toda su vida juntos, él quiere algo así, observa a Joaquin quien los observa con una sonrisa y sinceramente está sintiéndose completamente culpable.

Todo por pensar en lo que no ha tenido en su vida.

Se ha dejado comprar 

Comienza a sentirse culpable lentamente.

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―¿Te gusta?

El rizado asiente, mira a su alrededor y nota cuan caro es el restaurante, algo que él nunca ha visto en toda su vida.

Siempre ha vivido en la calle y comía de los restaurantes, pequeñas cosas que a veces estaban en mal estado.

―Si, mucho

No miente, pero no se siente a gusto completamente, siente que no encaja y puede que no. Estos meses ha ido a restaurantes caros, pero nada comparado con este, tiene algo fino y lo hace incomodar.

―¿Qué te gustaría pedir?

―Lo que tú pidas está bien

Sonríe, no tiene deseos de comer, se le ha ido el apetito

―¿Seguro que no quieres fijarte que hay? Pide lo que tú quieras, yo invito

―No, no siento mucho apetito, lo que pidas tú está perfecto.

Trata de convencerlo y al parecer lo logra cuando Joaquin sonríe asintiendo.

Pide una ensalada para cada uno con un pescado.

A Emilio se le hace agua la boca, desde que ha probado el pescado ha quedado enamorado, cada vez que puede come eso, es como su platillo favorito. Cuando aún seguía en cada de Esteban, al menos tres veces a la semana comía.

Esteban se preguntaba ¿por qué comía tanto pescado?

Se había vuelto su obsesión además después de todo es bueno.

Una vez la comida llega Joaquin observa detenidamente la forma en la cual el omega come, delicadamente, cuidándose en todo momento, ríe porque realmente no le importa si no sabe cómo usar los cubiertos u otra cosa.

Eso sucede, Emilio entra en pánico al ver tantos tenedores, cada uno para una comida especial, pero hay uno para la ensalada y en este preciso momento no recuerda.

―El tercer tenedor, amor

El rizado levanta la mirada y asiente sonrojandose, no es capaz de decir una excusa, se siente avergonzado.

―Te ves adorable sonrojado.

―Basta, me haces sentir calor.

Joaquin ríe y niega mientras lleva un bocado de pescado a sus labios, mastica y traga.

―Eso no es calor bebé, calor es otra cosa ya lo sabrás 

Frunce el ceño al oír eso, pero después entiende el doble sentido y rueda los ojos. 

―Eres un pervertido de primera.

―¿Qué comes que adivinas?

Emilio ríe y niega, le agrada y se siente tan bien estando con el empresario.

Es algo inexplicable.

¿Acaso el destino está jugando con él y quiere que los planes que tenia se modifiquen?

Al parecer si.

Joaquin le hace preguntas durante el almuerzo, algunas respuestas son mentira, pero en otras él es completamente sincero, los ojos del ojimiel brillan al oír todo lo que el omega dice, esta atento completamente a todo lo que sale de sus labios.

Cuando Emilio decide preguntar, Joaquin es muy sincero.

―¿Te sientes atraído hacia mí?

El muerde su labio, coquetea, parpadea y sus mejillas vuelven a sonrojarse.

―¿Queé clase de pregunta es esa?― sonríe ―Si, mucho.

=y yo por ti alfa=

―Es bueno saberlo

Una gran sonrisa se marca completamente en su hermoso rostro.

Hay un deje de perversión en su voz al decirlo y a Joaquin le encanta porque ha captado lo que quiso decir.



=Queen_emocional=

Mi mejor amiga me dijo que a emilio no le gusta el sushi, pero es muy diferente el sushi a el pescado cocido así que decidí dejarlo así.

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