𝐔𝐧 𝐍𝐮𝐞𝐯𝐨 𝐂𝐨𝐦𝐢𝐞𝐧𝐳𝐨 𝐉𝐮𝐧𝐭𝐨 𝐀 𝐓𝐢 [𝑺𝒊𝒓𝒆𝒏𝒂𝒔] |KacChako|

𝑪𝑨𝑷𝑰́𝑻𝑼𝑳𝑶 𝟐: 𝐶𝑢𝑒́𝑛𝑡𝑎𝑚𝑒 𝑒𝑠𝑎 𝘩𝑖𝑠𝑡𝑜𝑟𝑖𝑎 𝑜𝑡𝑟𝑎 𝑣𝑒𝑧.

𝐿𝑎𝑠 𝑠𝑖𝑟𝑒𝑛𝑎𝑠 𝑠𝑜𝑛 𝑙𝑎 𝑟𝑎𝑧𝑎 𝑑𝑒 𝑐𝑟𝑖𝑎𝑡𝑢𝑟𝑎𝑠 𝑚𝑎𝑟𝑖𝑛𝑎𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝘩𝑎𝑏𝑖𝑡𝑎𝑛 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝐺𝑟𝑎𝑛 𝑀𝑎𝑟. 𝐴 𝑙𝑜𝑠 𝑚𝑎𝑐𝘩𝑜𝑠 𝑠𝑒 𝑙𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑛𝑜𝑐𝑒 𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑇𝑟𝑖𝑡𝑜𝑛𝑒𝑠.

𝑇𝑖𝑒𝑛𝑒𝑛 𝑙𝑎 𝑎𝑝𝑎𝑟𝑖𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎 𝑑𝑒 𝑢𝑛 𝘩𝑢𝑚𝑎𝑛𝑜 𝑐𝑜𝑛 𝑙𝑎𝑟𝑔𝑎𝑠 𝑎𝑙𝑒𝑡𝑎𝑠 𝑦 𝑐𝑜𝑙𝑎 𝑑𝑒 𝑝𝑒𝑧 𝑟𝑒𝑐𝑢𝑏𝑖𝑒𝑟𝑡𝑎𝑠 𝑑𝑒 𝑒𝑠𝑐𝑎𝑚𝑎𝑠.

𝐿𝑎𝑠 𝘩𝑒𝑚𝑏𝑟𝑎𝑠 𝑠𝑜𝑛 𝑠𝑖𝑚𝑖𝑙𝑎𝑟𝑒𝑠 𝑎 𝑙𝑎𝑠 𝑁𝑖𝑛𝑓𝑎𝑠 𝑦 𝑠𝑜𝑛 𝑚𝑢𝑦 𝘩𝑒𝑟𝑚𝑜𝑠𝑎𝑠.𝐷𝑒 𝘩𝑒𝑐𝘩𝑜,𝑠𝑜𝑛 𝑡𝑎𝑛 𝘩𝑒𝑟𝑚𝑜𝑠𝑎𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝘩𝑎𝑛 𝑠𝑖𝑑𝑜 𝑡𝑒𝑚𝑎 𝑑𝑒 𝑚𝑢𝑐𝘩𝑜𝑠 𝑐𝑎𝑛𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑚𝑎𝑟𝑖𝑛𝑒𝑟𝑜𝑠.

Liberaba a los pequeños corales con delicadeza de lo la peste que era creada por el hombre para sus estupidas necesidades que mataban lentamente,contaminando su hogar,no... el hogar de todos los seres marinos,igual de valiosos que sus miserables vidas,talvez aún más que ellos porque los consideraban seres misericordiosos pero los humanos nunca lo entenderían,¿matar? ¿Porque motivo lo hacían?

— Ojalá pudiera entenderlo.— Dijo entre susurros para ella misma por las preguntas que la consumían cada vez ¿y si habría una manera de hablar con ellos?
¿No era suficiente con haberle preguntando a un diminuto y frágil humano?¿y si no era lo correcto?— Basta Ochako,no pienses en esas cosas.— Se dijo dándose golpecitos en sus mejillas.

Al intentar desechar la basura sintió un dolor en el dedo anular,haciéndola emitir un quejido de molestia por el posible corte que le había causado.

Giro su palma y sintió que todo su mundo se le derrumbaba en un segundo.

— ¡¡AAAAAAAH!!.— Emitió el más gran grito de su vida desgarrando su propia voz.— Voy a morirme y aún no e cumplido algunas de mis metas.— Pensaba al sollozar solitaria.

— ¿Uraraka?— La voz reconocible del rubio eléctrico la sacó de sus pensamientos penosos.— ¿Que sucede?— Pregunto inclinándose para visualizarla mejor y comprender su molestia.

— A-alejate Kaminari,y-yo ya estoy muerta,dile a katsuki que fue un honor haberlo conocido y a Momo.— Dijo entre sollozos desgarradores.

— No lo entiendo.— Dijo tratando de encontrar alguna lesión o desgarro en sus aletas con escamas rosadas.— Estas completamente bie-

— ¡¿ES QUE ACASO NO LO VEZ?!¡¡TENGO EL ANZUELO DE LA MUERTE!!— Grito mostrándole el afilado metal que atravesaba dolorosamente su pequeño y delicado dedo unido a los demás.