Entre la oscuridad logro distinguir la figura de aquella muchacha, con mis últimas fuerzas me acerco a ella y cuando por fin la alcanzo comienzo a nadar hacia la superficie.
Veo, sobre nuestras cabezas, el sol que se abre un pequeño camino en el agua, extiendo mi mano desesperada y por fin logro alcanzar la superficie.
Los gritos del hombre alertaron a la tripulación que rápidamente nos sacó del agua, yo por mi parte apenas podía mantenerme consciente por la gran falta de oxígeno, estaba muy, mareada. Cuando nos subieron al barco quede acostada sobre el suelo de la proa.
El servicio nos trajo unas mantas para taparnos, yo uso la mía para cubrir a la desconocida que se encuentra a mi derecha, no me percaté hasta ese momento de que estaba completamente desnuda...no quiero ni pensar por lo que habrá pasado para acabar así. Ya un poco mejor me arrodillo a su lado y contemplo su cuerpo inmóvil que yace sobre el suelo, y con la esperanza en vilo me acerco a su pecho, los ojos se me cristalizan al oír sus latidos, débiles pero constantes, como si estuviera luchando contra la anciana e insaciable muerte. Con el corazón en la garganta comienzo a hacerle una RCP, hasta que por fin escupe toda el agua y recupera el conocimiento.
Extrañada y asustada mira a su alrededor, yo por mi parte ya no podía contener las lágrimas.
Me Puse en pie y con una amable sonrisa le tendía mi mano, ella me dedica una mirada segura, directa a los ojos, no sé muy bien porque, pero me puse nerviosa ante su contacto visual.
-ven conmigo - le digo procurando no tartamudear, al sentir como toma mi mano le ayudo a ponerse en pie- vamos a mi camarote - le susurre con tono suave, ella simplemente asintió y me siguió sin soltarme.
Ya allí ambas nos sentamos en mi cama, yo nerviosa miro al suelo.
-¿puedes...hablar? ¿Entiendes mi idioma? - aún evitaba mirarle a los ojos, sin embargo mi tono de voz me traicionaba delatando lo ansiosa que estaba por escucharla. Ella, con la mirada perdida en ninguna parte en concreto, asiente y luego de eso me mira directa para responderme.
-sí, puedo hablar y también entiendo tu idioma - el tono de su voz era distante, pero no frío, como si desconfiara de la amabilidad de otros. Su acento denotaba que no era de España, sin embargo se la entendía a la perfección.
-y... ¿Como te llamas? ¿Cuántos años tienes? ¿De dónde vienes? - empecé a preguntar sin ton ni son mirándola a los ojos, la intriga le podía a mis nervios, pero ella me frenó posando su dedo índice con firmeza y delicadeza sobre mis labios.
-Mi nombre es Kathleen, tengo 19 años y te puedo asegurar que el lugar del cual provengo es mucho más lejano de cuanto vos hayáis viajado.Al escuchar sus palabras me quedé pensando por un momento, su nombre parecía provenir de algún país anglosajón, su edad y la mía eran similares, lo cual me alegró porque así podríamos hablarnos informalmente, pero al escuchar la repuesta a la pregunta de su procedencia solo me provocó más preguntas, si bien es cierto que apenas podía salir del ducado con padre en él, también lo era que había viajado bastante junto a padre y madre, pues padre era alguien muy influyente y debía ir a muchos viajes a los que a veces nos llevaba, así que había altas probabilidades de que conociera su país, tal vez no me quería decir su procedencia porque era plebeya o puede que una esclava y trataba de evadir la pregunta así que simplemente le di una gran sonrisa amable.
-De acuerdo, entonces es mi turno de presentarme, debería haberlo hecho primero antes de preguntar acerca de usted así que le pido disculpas por fin falta de respeto - me puse en pie e hice una pequeña reverencia llevando mi mano al pecho y tomando uno de los bordes de mi empapado vestido - Mi nombre es Victoria Isabela María de Castilla, hija del Duque y la duquesa de Castilla, grandes de las Españas y tengo 18 años, cumplidos hace tan solo dos semanas y media, es un placer conocerla, señorita Kathleen.
La chica de cabello azabache quedó perpleja al terminar mi presentación, sus ojos, abiertos como platos, me observaban sin perder detalle, algo que me hizo mucha gracia pues no sabía porque se sorprendía tanto.
-Qué es eso tan sorprendente como para que me observe tan aturdida señorita Kathleen? -le pregunté riendo levemente
- ¿Por qué tienes tantos nombres?- me preguntó frunciendo su ceño como si fuera algo incomprensible, a lo que yo no pude evitar reírme.
-Sinceramente no lo sé, pero es algo común y tradicional de dónde provengo yo creo, es más, ¿Por qué usted tiene un solo nombre y sin apellido?
Kathleen abrió la boca para responderme pero antes de que emitiera sonido alguno se escuchó como llamaban a la puerta.
-Adelante - Dije con un tono de voz medio alto seguido del sonido de la puerta abriéndose, unas sirvientas entraron e hicieron una reverencia.
-Disculpe la intromisión señorita, la Duquesa nos ha enviado para ayudarla a prepararse para la cena a usted y a su....invitada
Supuse que por invitada se referían a Kathleen así que asentí sonriente.
-Claro, muchas gracias - les respondí a las muchachas y justo tras escuchar mis palabras se pusieron manos a la obra preparando con rapidez la bañera, llenando la de agua caliente, y alistando la ropa y los zapatos que usaría esa noche, al ver cómo sacaban un vestido me acerqué a una de las sirvientas - Tomad también otro atuendo apropiado para la dama que me acompañará de entre mis ropas, os dejo a decisión vuestra cuál -
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Más allá del mar
RomanceVictoria es una joven de 18 años que proviene de la nobleza española, su padre es el duque de Castilla, pero esa vida no es para ella, está arta de las estrabagancias y lo único que desea es poder ser libre, pero debido a la gran desigualdad de la...