Capítulo 5

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WenWuxian estaba muy enojado, demasiado enojado, quería hacer un enorme berrinche en el piso y gritar para que todo el mundo se enterara lo enojado que se encontraba en ese momento. No era justo lo que le estaban haciendo, era imperdonable. Todos deberían saber que lo estaban llevando en contra de su voluntad, lo estaban obligando, era injusto, iba a gritar.

—Levántate—fue la orden de WenQing mientras lo miraba de manera enojada.

El joven de 15 años se encontraba sentado en el piso no queriendo moverse del lugar.

—¡No quiero!, ¡no quiero ir a GusuLan!, ¿Por qué debemos de ir a ese lugar aburrido? No entiendo por qué padre quiere que valla a estudiar a ese sitio algo que puedo aprender muy bien en nuestra secta—se quejó.

—Ordenes son ordenes, no podemos negarnos a nuestro superior por lo que debemos ir, WenRuohan espera que nos comportemos y dejemos bien en alto el nombre de QishanWen estando en GusuLan, así que compórtate y vamos.

WenQing era impasible en sus órdenes por lo que siguió su camino hacia la entrada del Receso de las Nubes.

—Por favor, A-Ying, no hagas un berrinche—susurró WenNing quien se había quedado atrás esperando que se pusiera de pie para seguir el camino.

— ¿Lo conseguiste? —preguntó en voz baja a su primo mientras se ponía de pie y comenzaba a caminar con este a un lado poniendo un brazo sobre los hombros del menor.

—Lo siento Joven Maestro, pero A-jie se dio cuenta y rompió todas las jarras—se disculpó A-Ning.

— ¡¿Qué?! —Reclamó WenWuxian mientras soltaba al menor e iba corriendo detrás de WenQing a quien rápidamente alcanzó— ¿cómo pudiste? Eso es un sacrilegio, ¡sabes que es mi única oportunidad de probar Sonrisa del Emperador!

—No voy a permitir que dejes en ridículo a tu padre solo por un capricho de borracho—respondió ella impasible.

WenHaoYing frunció sus labios mientras hacia un enorme puchero y con un pie golpeaba el piso demostrando su descontento.

— ¡WenQing!

—Además, de regreso puedes llevar cuanto quieras a Palacio de Fuego—completó ella, lo que hiciera en casa no importaba pero no podía permitirle dicho comportamiento en GusuLan siendo un invitado, no mientras ella tenía una misión que cumplir.

Llegaron a la entrada donde los estaban esperando dos discípulos.

—Sean bienvenidos a Receso de las Nubes—uno de ellos hizo la respectiva reverencia de saludo.

Ellos respondieron de la misma manera con una reverencia.

—Aquí están las invitaciones—WenQing mostró los pergaminos; solo iban a ingresar ellos tres como discípulos de la secta que venían a entrenar su cultivo.

—Adelante, se les mostrará sus aposentos.

—No quiero estar aquí—se quejó en voz baja A-Ying mientras seguían al discípulo.

Hubiese preferido quedarse en Dafan, habían pasado unos cuatro días visitando a la abuela y al tío antes de avanzar hacia GusuLan. Le gustaba los mimos que podía dar una mujer mayor de manera tan amorosa, no lo podía negar, amaba ser mimado, consentido y engreído, y mejor si esto incluía deliciosa comida.

Suspiró y siguió su camino hacia su tortura.

LanWangJi estaba preocupado, eran unos momentos estresantes ante las cosas que estaban siendo víctimas algunos cultivadores; él se encontraba esa noche haciendo su guardia cuando escuchó un ruido por encima del pasillo en el que estaba caminando. Su responsabilidad era revisar de qué se trataba por lo que subió al techo y ahí lo vio, un joven estaba sentado mirando hacia la luna, sus cabellos estaban semi recogidos por una cinta roja que terminaba en un lazo enredado entre sus hebras por una trenza mal hecha. Sus demás cabellos caían libremente a su espalda y llevaba una túnica roja perteneciente a la secta Wen.

ReescribiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora