El silencio de los callejones

Capitulo 2: hay algo que se nos escapa

Sentado en el escritorio no había duda que el señor Moran D'lasent tenía un prontuario de acusaciones tan grandes como su propia papada, era un hombre poderoso eso seguro, ninguna persona podía vivir en el norte de la ciudad en aquellos sitios lujosos sin ser un político muy importante o un delincuente, parece que el señor D'lasent era más del espectro delictivo ya que aunque nunca se le hubiese acusado de nada era imposible que todas esas mujeres que lo denunciaron en un juzgado estuvieran mintiendo, por estadística era imposible que eso pasara; ahora teníamos un caso mucho más complejo entre manos, teníamos que averiguar que nexos hay entre este pez gordo y la muerte de su hija o si simplemente fue un caso aislado, aunque tanto Norah como yo sabíamos que no eran casos aislados que esto era algo más que simplemente un asesinato a una chica en un callejón.

—Puede que nos estemos metiendo en terrenos pantanosos — miro a Norah mientras me recuesto sobre la silla.

—No recuerdo que a ti eso te disgustase además vamos con las placas policiales quizá podamos encontrar algo de información si buscamos en los lugares correctos.

—Sabes muy bien que estas placas en algunas ocasiones no sirven de nada además estamos tratando con un pez gordo de un culto religioso, eso puede salir mal en muchos aspectos, pero no tenemos otra opción y tenemos que decidir cómo vamos a empezar — me paro de la silla y me estiro para ordenar los papeles del caso.

—Tengo una idea la cual podría ser un primer paso, aunque sé que a ti no te gusta irrumpir mucho en funerales creo que si vamos de incógnito al funeral de Louise y vemos que nos podemos encontrar por allí, luego si quieres podemos ir e interrogar un poco a Greco y ver que nos puede decir.

—Detesto los cementerios, pero creo que sería una buena opción para empezar y por favor llama al jefe de la estación de policía central y dile que se encargue de que ningún policía se acerque a ese funeral, puede que si detectan la presencia de policías estén alertas y se oculten.

—Dame un segundo y lo hago por ahora tengo que seguir buscando información sobre algún tipo de negocio turbio que tenga este señor de doble papada, tu deberías ir al departamento de medicina legal y hablar con el medico forense y de paso recoge el informe en físico ya que lo necesitamos para el archivo.

—Como siempre yo haciendo el trabajo sucio — ella me mira y ambos nos damos una ligera sonrisa antes de salir por la puerta y dirigirme hacia el departamento de medicina legal.

Sinceramente no sabía si esto iba a salir bien, presentía que algo peligroso podía pasarnos si nos inmiscuíamos más en este mundo el cual no conocíamos, siempre he sido un ser sumamente despreocupado o al menos eso me dice Norah y mis superiores entonces he decidido creérmelo ciegamente, pero en esta ocasión en particular no me sentía tan seguro, desde el momento en que vi ese símbolo en el estómago de esa chica y el cómo le habían dejado la cara sabía que esto era premeditado y no simplemente una escena de celos que se salió de control, esta ciudad gigantesca oculta tantos misterios y pesadillas que no es algo que me apetezca averiguar, en menos de nada y en medio de mis pensamientos me doy cuenta que esto a punto de llegar medicina legal, doy la vuelta en la segunda esquina y freno en frente de la entrada:

—Hola buenos días que se le ofrece — dice una voz chillona a través de un micrófono y un vidrio polarizado.

—Lucas soy yo Dónovan vengo a ver al médico de medicina legal detesto que lleves más de 5 años de verme y siempre me tengas que preguntar lo mismo.

—Señor Valverde lo siento usted sabe que uno con estos vidrios negros no ve nada además de que es una simple pregunta de rutina — el delgado y risueño vigilante levanta la barra de seguridad y me deja entrar mientras yo miro hacia la cámara y le levanto el pulgar con una cara de inminente desagrado, él sabe que detesto sus bromas, pero igual las sigue haciendo cada que vengo a este moridero.