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Johnny y Yuta eran novios hace
más de 2 años.
Estudiaban juntos en la
misma universidad, y la misma carrera.
El último de ellos era alguien humilde
que vivía con su abuela, siempre
recibía regalos de su novio, ostentosos
regalos que aceptaba con una sonrisa
pero que no eran necesarios según su
parecer.

Johnny había pedido ser su novio, una
vez que lo notó en un concurso.
Yuta había salido ganador y
todos lo alababan, el pelinegro lo
necesitaba en su vida.

Todos lo querían,pero él lo tendría.

Lo iba a buscar y a dejar a su casa, no
dejaba que nadie se le acercara. Era
demasiado posesivo. Incluso al tomar la clase de inglés avanzado, sin siquiera saberlo para poder estar con él y que todos supiera que Nakamoto Yuta era novio de Seo Johnny.

Su clase de construcción sustentable
había acabado, Johnny se levantó a
hablar con la profesora. Yuta se
levantó tomando todas sus cosas, lo
miró de reojo y salió, el pelinegro notó esto con algo de molestia pero continuo hablando con su profesora.

Yuta estaba guardando los
materiales de la clase en su casillero, su novio llegó corriendo a su lado y se
apoyó en el casillero contiguo.

-¿Por qué no me esperaste?—su tono
era serio, incluso algo autoritario

– Estabas hablando con la profesora,
creí que demorarías —se encogió de
hombros cerrando el casillero

- Sabes que debemos salir juntos,
siempre -al decir lo último alzó una de
sus cejas

- Sabes... -suspiró relamiéndose los
labios— Tenemos que hablar.


Estaban sentados en la cafetería de la
facultad, Johnny no podía creer lo que estaba escuchando.

-¿Me puedes explicar de por qué esa
decisión?

-Porque tú y yo somos muy diferentes
John , yo vengo de una familia
modesta, tú no-revolvió un poco su
café

– No te entiendo. Dime qué cambio y lo haré enseguida —el castaño cerró los ojos cansado

– Nada Johnny, es lo mismo siempre
—lo miró de reojo— Tú te relacionas
con la gente por el dinero. No quiero
que me conquistes con regalos, los agradezco pero no son necesarios.
Tu vida es fácil, te lo dan todo.
Te criaron de otro modo, no te culpo. Pero antes no tenía el valor de decirlo, a veces siento que no me escuchas y quieres que haga todo lo que tú quieres

- Lo hago porque te amo, yuta.
Haré lo que sea por ti. Todo lo que hago es por ti y por mí, entiéndelo-intentó tomar su mano, pero éste la apartó

— Es que... No lo sé. Tú tienes una
forma de ver las cosas y yo otra. No digo que tú estés mal, pero me es difícil llevar esto a cuestas. Tú no eres mala persona, pero quizás encuentres a alguien que sea de tu altura

- ¿Es una broma? ¿Tienes a otro? Dime quién es, ahora Yuta  —apretó
con fuerza sus puños

- ¿Ves? No me escuchas. No tengo a
nadie, es sólo que no veo mucho futuro a esto .-sonó decidido. - Lo siento, te deseo lo mejor.

Johnny quedó sentado mirando como
la pequeña silueta de su amor se iba
alejando entre los demás estudiantes.

A él no le podía estar pasando eso.

Yuta llegó a su casa, su abuela
quien lo había criado estaba
terminando de preparar los pasteles
que vendía. Él usualmente llegaba a envolverlos y repartirlo.

-¿Cómo te fue hoy?

-Muy bien, tuvimos un examen estuvo
difícil pero lo resolví todo y creo que me irá bien

-Estudiaste toda la semana para poder
darlo, te irá bien pequeño

-Gracias -regaló una sonrisa.-Abuela, tienes muchos pedidos deberías
ampliar la cocina o poner tu propio
local

-Me da miedo hacerlo, no quiero
dejarte solo

– No te preocupes por mí. Me la paso
todo el día en la universidad o también podríamos hacer uno aquí fuera .-señaló.-Haré unos planos y se los mostraré a los profesores para que me den un aproximado del costo

-Buena idea hijo —la anciana regaló
una sonrisa mientras envolvía uno de
los pasteles

Un celular comenzó a sonar, la señora
revisó el suyo. No era el de ella, miró al chico que estaba observando su celular desde lejos

- Yuta es el tuyo

-Emh sí, pero contesto después-miró la pantalla donde estaba escrito
Johnny, deslizó su dedo cortando la
llamada.

Johnny frustrado lanzó su celular
contra el suelo, no podía permitir el no tener a yuta entre sus brazos.
Él lo amaba, lo amaba mucho.

Haría de todo con tal de tenerlo otra vez, que viera que se había equivocado al
dejarlo.


MioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora