Estaba en mi cuarto llorando sin creerme aún lo que había pasado. ¿Por qué tuvo que irse con ella?, si él la odia. Todo esto es muy raro.
De repente, llamaron a la puerta interrumpiendo mis pensamientos. Abrí la puerta y no me lo podía creer, era Ángel., y no sabía que hacía aquí.
Intenté cerrar la puerta, pero él me lo impidió y, al final, pasó dentro.
-Yo: Aver si lo adivino, te has cansado de ella y has dexidido ir a por mí como tu segunto plato.
-Ángel: No, enserio, te lo puedo explicar.
-Yo: No hace falta, no te quiero ver más en mi vida. ¡ME DEJASTE PLANTADA POR ESA CREÍDA!-dije roja de la ira.
-Ángel: Yo no quería ir con ella, pero cuando me puso las manos en la cabeza, me ssentí raro y, a partir de ese momento, no recuerdo nada más.
-Yo: Si, ya. Tú pon excusas, que no te cree ni el del butano.
-Ángel: ¿El del butano?
-Yo: Sí, el del butano. Yo que sé, no se me dan bien estos juegos de palabras, pero no me cambies de tema ahora. Y creo que ya es hora de que te vayas, así que adiós.
-Ángel: Pero creeme, digo la verdad...
Empujé a Ángel hacia fuera y cerré la puerta lo antes posible.