¡se acabo!

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Namjoon se había quedado dormido en el suelo, desde el fondo de su corazón suplico que aquello fuera un mal sueño, que al abrir los ojos, jin estaría ahí, para el. Abrió sus ojos nada no había nadie, suspiró y se extendió en el suelo, había dormido ahí de tanto llorar sus ojos ardían.

- uhm, ¿que hora es? -  se levantó del piso, miró por la ventana el sol ya estaba miro el reloj que colgaba en la pared junto a una foto de su boda, a pasos rápido las quitó de ahí, arrojándolo al suelo está se estrelló, tomó la foto, y las rasgo por la mitad solo aguardando su foto y tirando la de jin, si iba a olvidarlo era mejor tirar todo lo que el recuerde a el, estaba decidido a olvidarlo, todo estaba roto abrió la ventana de su casa recibiendo el aire fresco, sus cabellos se ondearon por el viento, suspiró profundamente, para luego sonreír.

- buenos días vecino. - miro hacía su derecha y ahí estaba su vecino, abría escuchado todo anoche, mordió el interior de su mejilla.

- buenos días. - sonrió, el rubio respondió a esa hermosa sonrisa.

- luce cómo si fuera otro. - namjoon arqueó una ceja, para, reír levemente.

- así me siento señor park. - el contrario sonrió.

- muestra más tu sonrisa, es hermosa. - el moreno quedó sonrojado su vecino se había ido, suspiró de nuevo, está era su vida sin jin, lo haría bien, dejo la ventana abierta y así se dedicó a hacer sus labores.

Era medió día y namjoon salió con una bolsa negra pesada, la cuál arrastró hasta las afueras de su casa para que el carro recolector se lo llevará, ahí iba toda la ropa de jin y otros recuerdos demás, tiro todo absolutamente todo en aquella casa no había nada de jin.

- esperó que te vaya bien seokjin. - miró aquella bolsa con nostalgia, pero ya no lloraría.

- hey namjoon. - este se volteo para ver quién lo llamaba. Era su vecino.

- ¿pasa algo? - el rubio venía en una bicicleta, el cuál casi le pasa la llanta por mis pies.

- lo siento, perdí el control al verte. - él moreno solo río.

- que tal un paseo. -

-¿qué? no hombre yo no sé manejar. - jimin se quitó de la bicicleta, para dársela. - ¿enserio? - namjoon montó la bicicleta. - me voy a matar. - el contrario sujetó la bicicleta y sus caras quedaron muy pegadas podían sentir sus reparaciones, el primero en quitar la mirada fue namjoon.

- ¿entonces así se maneja?- el bajito asintió. - si sólo que debes pedalear . - los dos soltaron unas risas.

- soy pésimo en ésto.-

- ¿de que hablas? - el de cabellos grises río. - soy pésimo en la vida.- jimin sonrió.

- no pues si lo vez así lo eres, yo pienso qué la vida es una bicicleta, si uno no sabe del mundo pero el otro sí, uno debe sujetar el manubrio pero no lo debe soltar de golpe si no de poco a poco. -

- me ¿estás diciendo que compre una bicicleta?- jimin río a carcajadas.

- eso me pasa por andar de sabio, no namjoon te estoy diciendo que yo quiero sostener tu manubrio. - el rubio guiño un ojo, haciendo que namjoon perdiera el equilibrio.

- cielos, ¿estás bien? -

- no, agarraste el manubrio. - jimin lo ayudó a levantarse, para luego tomar su mano.

- se qué esto es muy rápido, pero estoy aquí y mi bicicleta también. - namjoon no sabía que decir, es más no sabía si pensar en el amor otra vez.

- será difícil jimin. - el contrario colocó su dedo sobre sus labios.

- vivo a lado de tu casa, piénsalo, soy terco cómo una mula, eso siempre lo dijo mamá. - se volvió a montar en su bicicleta. - además quiero qué seas feliz namjoon, sobre lo de jin y escuché lo que dijo, déjame decirte que eres hermoso por dentro y por fuera y ese jin que se vaya a la mierda, es más cuando lo vea haré que se trague sus palabras le voy a partir su.. - sintió unas manos sobre su manubrio

- ya entiendo, gracias jimin. - depósito un beso en la mejilla del contrario, causando que jimin perdiera el equilibrio.

- ¿estás bien jimin? - esté asintió.

- lo estoy, yo y el piso ya somos amigos tranquilo.- namjoon lo ayudo a ponerse de pie y lo ayudo a ir a casa.