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Estoy aquí, sentado, observando al hombre que hace que me vuelva loco.

Su cara, su pelo, su cuerpo moviéndose al compás de la música. ¿De dónde sacó Dios la idea de crear semejante arte? Lástima que su mente no es tan majestuosa como lo es su cuerpo.

Nos hemos acostado al menos dos veces. Poco después de hacerlo, él se pone su ropa y se va, sin siquiera despedirse. Me deja ahí, desnudo y sólo en mi cama. A veces me siento como un objeto, un pequeño juguete con el que él puede hacer lo que le plazca, lo que le venga en gana. Y es cierto. Pero aún así sigo cayendo por esos ojos, por esa pequeña boca que en las noches me besa con fogosidad y me dice de forma sucia que quiere hacerme suyo hasta el amanecer. 

Sé que no me ama, pero eso no evita que yo no lo ame a él.

Así que aquí me tiene, sentado en una butaca viendo su presentación de baile junto a sus compañeros y amigos. Hay bastante gente, las luces están apagadas, solamente un tenue color amarillo de las pequeñas luces del suelo que te indican el camino, y las luces blancas de los reflectores apuntando a Hoseok, con ese rostro serio y sexy que siempre tiene cuando baila. Con esa sonrisa de que sabe bien lo que te está provocando con sus movimientos. Su compañero, Jimin, también está bailando con él, pero no le presto demasiada atención, sólo al hombre que me trae loco y a la atrayente música. 

—Se te está cayendo la baba —me remarca mi mejor amigo, Jungkook, en un pequeño susurro. Está sentado a mi lado, ha venido a hacerme compañía porque se lo he pedido. Hoseok no quiere que asista a sus presentaciones de baile, pero yo suelo venir de todos modos.  Nunca lo he visto sonreír por ése motivo, pero sí que se pone contento cuando sus otros amigos asisten. No me gusta admitirlo, pero éso me provoca celos. 

— Cállate, que a tí también se te cae la baba —respondo y él sólo suelta una risita, en respuesta a su risa tonta tomo su gorro y le cubro los ojos. Espero que no nos echen por idiotas.

La presentación sigue su curso, ahora estando en escena los demás compañeros de la academia de Hoseok, porque sí, él asiste a una academia bastante prestigiosa de baile, es uno de los mejores de su clase y siempre le dan las presentaciones más difíciles.

El tiempo pasa lento y aburrido cuando no veo a Hoseok bailando, pero aún intento prestar atención a lo demás. ¿Qué decir? Me gusta tener temas de conversación con él, aunque preste la mitad de atención a la charla y la otra mitad a su teléfono. 

Cuando la presentación termina, Jungkook  y yo salimos junto al tumulto de gente esperando que los artistas también salgan, y poder saludarlos.

— Jungkook, ¿no sería mejor que me fuera? a Hoseok no le agrada que venga tan seguido.... —digo algo nervioso, porque si Jung aún no me ha visto, no habría problemas.

—¿Quéeeeeeee? ¡No seas tonto! Si por como te mira, estará feliz de que estés aquí, confía en mí —me mira con esos ojos inocentes de bambi, como queriéndome decir que nada malo iba a pasar si él estaba ahí. Por eso y mucho más, es mi mejor amigo.

— Bien —accedo y espero. El primero en salir es Jimin,que al ver a Jungkook se acerca y lo abraza, sigo pensando que el pequeño mochi está enamorado de Jungkook.

— ¡Hola, mi alien! —dice Jimin después de su abrazo con Kookie, viniendo a abrazarme a mí, provocando que sonría alegre. 

— Hola, Jimin-ah, bailaste bien ahí arriba, tus esfuerzos han soltado frutos este año —su sonrisa aparece en sus labios, y sus ojitos se vuelven dos finas lineas,  me pregunto si verá algo.

— Sí, claro, estoy seguro que apenas y me prestaste atención. Seguro que veías a Hoseok hyung.... —como si Jimin lo invocara, el mayor hizo acto de presencia en frente nuestro; estaba alegre mientras se acercaba, aunque su sonrisa menguó al verme.

— Hey, hyung, bailaste bien allá arriba. Iba a lanzarte una botella de agua en un momento, parecia que ibas a morir —bromeó Jungkook para aligerar el ambiente, logrando hacer reír un poco a Hobi.

— A ver cuando te anotas en la academia, Kookie, sabes que tienes talento —le responde Hoseok, lleva tiempo intentando que el maknae se anote, todo fue mal cuando en una audición, le dijeron que no porque su baile era vacío; esto afectó a Jungkook de tal forma que no quiso volver a bailar.

— Sí, bueno... me la pensaré —responde evasivo. Claro que sí, tendré que convencerlo más tarde; Hoseok quiere lo mejor para él, de eso no hay dudas. 

— ¿Qué tal si vamos a cenar a algún lado los cuatro? —dice Jimin con su usual ternura cosa que hace que todos aceptemos. Es entrada la noche, seguramente van a escoger algún bar o algo parecido. Quizá hasta algo más —. Hay que festejar que Hoseok ascendió de nivel.

— Está bien, chicos. Me parece bueno festejar ésto un poco. Me gustaría que antes me dejaran hablar con TaeHyung ¿puede ser? —Jungkook y Jimin se miran, luego a nosotros. Hoseok se ha acercado a mí, y mi corazón empieza su carrera contra él mismo, latiendo más rápido por su cercanía, por sentir su perfume.

— Ehm...—Jimin duda, como si supiera algo que yo no. Jungkook lo rodea con su brazo por los hombros y se lo lleva. Suspiro suave viendo cómo ambos se marchan. Hacen una bonita pareja. Mis ojos se fijan en el color café de los iris de Hoseok. Me llevan a otro mundo. Me toma del brazo y lo sigo. No entiendo porqué está siendo tan brusco ahora.

— Escúchame bien, porque no lo volveré a decir. Te dije y fui bien claro. No vengas a verme.... —sus ojos están molestos, lo que me hace pasar saliva. ¿Es un pecado venir a verlo? — Ya tengo suficiente con que te hayas hecho amigo de Jimin, no quiero que vuelvas aquí a verme. Ni a Jimin. ¿No lo entiendes? Ya sospechan demasiado de lo nuestro.

— ¿Acaso no te gusto? 

— Sí, me gustas, TaeHyung, pero por ahora quiero que se mantenga así, de éste modo, en secreto ¿tan malo es éso? Más adelante te presentaré cómo algo más y podrás venir la de veces que quieras. ¿Está bien? 

— Está bien —acepto.

Tendría que haberle dicho que no.

FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora