La habitación está tenue. Las persianas están bajas y lo único que da luz es el velador en la mesita de noche de madera. La puerta está cerrada, más que nada por si Yeontan se llega a levantar y quiere entrar a la habitación. La cama está a medio hacer, pero no es lo que importa ahora.
Importa que Hoseok está sobre mí. Sus manos están usando de apoyo el colchón enfundado en la sábana blanca, aunque su color no se nota debido a la oscuridad que reinaba la habitación. Sus manos recorren mi torso desnudo. A veces me pongo nervioso porque no tengo el mejor cuerpo, pero a él no parece importarle en lo más mínimo, porque le gusta, le calienta mi figura y éso me hace sentir mejor. Se va a quitar el pantalón cuando lo detengo, con una mano sobre su cinturón.
— Espera, Hobi.... —murmuro un tanto nervioso, por más que mi erección ahora duela, no quiero hacerlo, en éste momento, porque aún recuerdo la semana pasada lo que ocurrió en el teatro, y no quiero que se repita, ya que aún no ha confirmado nada.
— ¿Qué sudece, Taehyung? Pensé que querías hacerlo ¿ya no quieres? ¿Piensas dejarme así de duro? —su mano se va a su pantalón donde siento lo duro que está, pero no, no puedo, porque si lo hacemos de nuevo estaría implicando todos mis sentimientos, y cuando se vaya de nuevo, me sentiré más roto que antes.
— Aún no has confirmado qué somos, a nadie.... —digo nervioso, ¿por qué tengo que ponerme tan nervioso ahora? ¿Es que simplemente no puedo hablar sin titubear o tartamudear cuando trato con él estos temas serios? Ya lo conozco hace tiempo, ya no soy un niño de quince años para ponerme así, pero de todos modos, vuelvo a lo mismo, una y otra vez. Muerdo mi labio inferior y suelto un suave suspiro. — ¿No valgo nada para tí? —no sé si estoy siendo dramático, o si es solo este mal pensamiento que viene recorriendo mi interior desde hace ya unas semanas. El sentimiento de que soy solo un simple juego para Jung Hoseok.
— Taehyung, no seas tonto. Tú me gustas —dice e intenta volver a besarme, pero me aparto. Y lo alejo. Y me siento en la cama mirando el suelo de madera encerada que es parte de mi habitación.
— Define gustar, Hoseok —le respondo, bastante nervioso por su respuesta. Se pone serio, se levanta de la cama y prende las luces. La habitación se ve ordenada, exceptuando por las mantas de la cama que son un desastre. Su cuerpo ahora completamente vestido, interrumpe mi visión cuando se para en frente de mi.
— Me gustas y ya ¿no sabes lo que es gustar?
— ¿Qué me miras a los ojos y te pierdes en ellos? ¿Que te gusto como pareja, como novio, tanto física como en personalidad? —respondo con preguntas retóricas, porque eso siento yo por él. Sonríe de lado, como si le hiciera gracia. Pero mis ojos están aguados y puede verlo, por lo que toda sonrisa desaparece.
— No, Taehyung. Gustar es sólo para follar, lo que tu describes es estar.... Mierda. ¿Te enamoraste? —pregunta un poco sorprendido, ya hasta se le había ido la calentura. Me pongo nervioso e intento no llorar, bajando la mirada. — Dios, cuando te dije que les iba a explicar a todos, estaba bromeando ¿sabes? no es como que les pueda explicar que estoy experimentando.... que estamos experimentando.... —me ve y nota que si, ya me he puesto a llorar. — Sabes, es mejor que me vaya. Adiós Taehyung.
Y así me deja sin otra explicación más, que la de que sólo he sido un polvo para él, uno al que recurría constantemente, ¿por qué no lo aclaró ddesde un principio? Mis lágrimas caen de mis ojos, me siento un estúpido, y lo que hago es encerrarme en mí mismo y en la reciente herida abierta, acostándome en mi cama donde muchas veces, creí que Hoseok me hacía el amor, pero solo me estaba follando y ya.
###
— ¡Qué te digo que te levantes! —la voz de Jungkook me dice, han pasado dos dias que no me he movido de la cama. Como buen amigo y compañero de piso que es, llegó un momento que notó que no salía para nada (no se cómo, porque la verdad es que mi buen amigo tiene una vida bastante ocupada).
— No quiero —respondo con mi voz algo pastosa, cosa que lo hace sospechar y destaparme delicadamente con las sábanas, viéndose algo confundido. — ¿TaeTae? ¿Qué pasa, amigo? —preguntó ya con preocupación, sentándose a mi lado, en el borde de la cama y yo hago lo mismo. Me siento en la cama viéndome completamente fatal. Ojeroso, despeinado, sin haberme bañado en dos días y con la misma ropa que llevaba cuando Hoseok me dejó solo y dolido en el departamento.
— Te lo voy a contar, pero tienes que prometerme que no dirás nada.
Sus ojos se ven claramente preocupados, es un buen amigo, que decir, uno de los mejores. Siempre escucha atentamente y te da su apoyo y cariño, tiene tanta empatía que hay que tener cuidado con las palabras que dices, porque se pone en tus zapatos y tu dolor, se vuelve de él también.
— Claro, seré un muerto. Un muerto que no habla, quiero decir. O sea, seré....
— Ya, entendí. Deja que te explique —le respondo con una mueca que intenta ser una sonrisa.
Jungkook sólo pensaba que me traía loco Hoseok, pero la verdad que iba más allá. Si nos conocíamos hacía un par de años pero nunca me había atrevido a hablarle, sólo era el compañero de danza de Jimin, el amigo de Jungkook, y hasta ahí llegaba. Le conté cuando, en la fiesta de cumpleaños de Kook, con un par de copitas de más me animé a hablarle a Hoseok. Después de unas horas, resultó que los dos fuimos al baño al mismo tiempo, y de ver quien pasaba primero empezamos a decirnos cosas, subidas de tono ¿quizá por la borrachera? y terminamos teniendo un rapidín en aquél baño. Pensé que la cosa se iba a terminar ahí, pero no, la cosa siguió. Hoseok consiguió mi numero, me hablaba y me buscaba como si le interesara de forma romántica, pero siempre que quedábamos era en lugares (recién me doy cuenta ahora) que eran perfectos para follar.
Y así le conté lo que había pasado, cosa que dejó a Jungkook con cara de shock, sus ojos estaban demostrando que sufría conmigo, y en silencio me abrazó; ambos lloramos por mi desgracia, lo que restaba de la mañana.

ESTÁS LEYENDO
Fuego
أدب الهواةÉsta no es una historia tal cuento de hadas; es una historia real donde hay decepciones, drama, inseguridades, celos, peleas y sobre todo, pasión.