Superintendente X (t/n)

Capitulo 6

Pasaron dos semanas hasta que le dieron el alta a mi hermano, en ese tiempo me pedí vacaciones para cuidar a mi hermano, cosa que el famoso Jack Conway me concendio sin queja alguna.

Volvía a la oficina con una bolsa llena de tarteras con galletas de chocolate para mis compañeros que habían estado echando horas extra por mi culpa. Cuando entre las repartí una a una y les agradecí por todo. Al final me faltaba una tartera, era la de Conway que aún no había aparecido...recuerdo que le conté sobre el asesino de mis padres y él solo me abrazo con cariño, como si sintiera lo mismo que yo, creo que por eso me dejo con mi hermano, porque Conway perdió alguien importante y no pudo hacer nada al igual que yo.

-¿Qué haces parada en mi puerta?- escuche tras de mi, yo me quede quieta y no dije nada, sentí un fuerte olor a colonia de hombre- ____ ¿me escuchas?-

-Si, perdona superintendente- me gire para verlo, siempre vestía bastante formal,con esa camisa y su pelo bien arreglado, Conway era bastante atractivo, él lo sabía, él sabe que puede tener a cualquier mujer a sus pies, pero nunca coqueteaba con nadie, siempre estaba serio y nostálgico, lo veía en sus ojos los cuales intentaba ocultar con esas gafas de sol que complementaban su traje.

-¿Qué sucede?-recordé que vine a dejarle las galletas.

-Oh si, tenga- le entregue la ultima tartera con galletas- Son galletas de chocolate caseras, es para dar las gracias por todo-

-No como dulce, pero gracias- me sonrío un poco y entro en su oficina, yo en cambio volví abajo donde tenía turno con Gonneti e Ivannov.

En el coche patrulla, tres agentes responsables gritamos la letra de Tusa, disfrutábamos bastante de nuestras salidas juntos, era cantar a pleno pulmón, ir a un lugar que no hubiera nadie, para bailar o jugar como niños, era estupido, si, pero aquello relajaba muchas tensiones del día.

Ya cansados de hacer el tonto nos sentamos en el suelo y bebimos agua, los tres nos veíamos mejor, y las tensiones de trabajo que tenían ellos y la preocupación que tenía yo desaparecieron.

-¿Qué le van a regalar a Volkov?- yo mire a Ivannov confundida.

-Volkov cumple años en dos días- Gonneti aclaro mi duda.

-Supongo que por la noche lo vamos a celebrar ¿ no?- suponía que se hiciera una fiesta a Volkov como se debía.

-No lo habíamos pensado- soltó Gonneti como si no fuera relevante.

-Es vuestro amigo y no le harán una fiesta como se debe, que malos amigos sois-

-Tu quieres una fiesta para olvidarte del incidente de hace poco- mire mal a Ivannov.

-No bebo, además hablamos de Volkov, no de mi- no quería tocar ese tema con nadie.

-Perdona ___, pediremos el local, pero tu te encargas del karaoke y en cantar para Volkov-

-¿Porque yo?- mire a Gonneti confundida.

-Porque alguien tan bonita como tu, debe tener una hermosa voz- Ivannov respondió a mi duda y como respuesta de mi parte rei como nunca, a veces creía que los hombres no pensaban y eso me lo confirmo.

Volvimos a comisaria y allí se encontraba mi hermano con sus amigos haciendo el idiota, aunque él paro cuando me vio, sabia que debía descansar y no lo hacia.

-Gustabo Garcia, no deberías salir a la calle- él me miro con cara de pena.

-Vamos hermanita, no seas un Conway 1.0- yo suspire agotada.

-Eres un idiota, si te pasa algo,me llamas-entre en la oficina con mis compañeros y atendimos un par de denuncias, en esas denuncias era una mujer a que le robaron sus pertenencias y el otro era un hombre que denunciaba un robo de un Lamborghini, la descripción era la misma dos personas con bolsas en la cabeza y con unos monos de pintura azules, los dos de piel blanca por lo que reconocieron al ser apuntados con un arma de fuego. Guarde mi cuaderno de denuncias y acompañe a los dos denunciantes a la puerta, y en lo que salían entro Conway como perro rabioso, yo le mostré una sonrisa leve,pero solo paso de mi, era increíble lo bipolar que se podía poner a veces este hombre, luego entro Volkov y con una chica de pelo largo acompañandolo muy pegado a él.

-Hola comisario Volkov, hola...emmm- deje que ella me dijera su nombre.

-Paola- ella solo miraba a Volkov, ¿acaso eran pareja? Horacio se iba a decepcionar mucho.

-Mucho gusto Paola- mire a Volkov unos segundos más y me fui para la parte trasera de comisaria.

Esa zona me gustaba cuando no había nadie, era muy solitaria y me daba mi espacio vital para sentirme mejor, aunque como siempre venía algún coche con alguna detenido, esta vez no era diferente, el detenido se podía parecer a Eugene de la serie The Walking dead, pero más delgado y Gustabo me dijo que se llamaba Jony.

-Agente Garcia- jony me sonrío, yo solo hable con él un día y nada más, pero el me hablo como si fuéramos amigos de toda la vida, yo por educación salude con la mano y me fui de allí, esta vez me fui a la parte de arriba y me quede en el balcón, allí corría una brisa que daba bastante gusto, yo cerré mis ojos y me quede sin hacer nada.

-¿Qué haces aquí Mariconeti?- abrí mis ojos y mire a mi lado, allí se encontraba un Conway distinto,ya no era un perro rabioso, ahora era una bestia calmada, pero capaz de arrancarte la cabeza de cuajo en cuanto bajara la guardia.

-Tomar el aire Superintendente, ¿acaso acabo de cometer alguna ilegalidad?- le sonreí.

-La ilegalidad de ser tan sexy- soltó en un susurro, pero le escuche, no se que pensaba, pero se le escapo y se escucho lo suficiente para entenderle, yo me quede de piedra y seguramente estaría roja.

-¿Qué has dicho?- pregunte titubeante, sabía que no lo diría en alto, pero quería escuchar su excusa.

-Que no has echo nada ilegal- los dos miramos al frente, no sabíamos que decir, estábamos en un momento incomodo siempre después de haberme confesado que su mujer e hijos murieron porque no les pudo salvar, sentí que los dos nos unía un pasado doloroso y que eso a formado nuestra actitud y aquello era nuestro problema. Ninguno sabía como ayudar al otro por dos motivos claros, el primero es que ninguno ha podido superar esas perdidas y dos es que los asesinos de los que queríamos seguían vivos y libres.