Capitulo III [Primera parte]

359 37 1
  • Dedicado a Andrea Ponce Mendoza
                                    

―¡Ya entendí, Louis! No debí mostrarme así delante de Lottie, estuvo mal―dijó Niall fastidiado al escuchar por milésima vez mi reclamo.

―¡Que esta sea la última vez, Horan! Porque la próxima vez despertaras en la cama de los cincuenta gatos de la vieja loca―

Esas fueron mis últimas palabras antes de que el profesor pronunciara mi apellido con molestia.

―¡Tomlinson!―su gritó resonó en la sala, dejando en completo estado de silencio al salón.―¿Sabe usted la razón por la cual la tabla de distribución de frecuencias es la correcta en la clasificación de estos datos?―preguntó dejándome más confundido de lo que ya estoy.

―No, no lo sé―me quedo en silencio. Acostumbro llegar tarde a sus clases, a ignorar sus preguntas y a no prestar atención. Varios profesores me molestan con interrogatorios y esta no es la excepción. Mi lengua quería decirle las mil y un razones de porque sigue estando aun solo. Una de ellas, es que es un asqueroso pervertido.

―Si no le interesa esta clase, entonces deje que sus demás compañeros aprendan―

Una chica DEIB justo a la izquierda, a dos mesas de la mía, levanto la mano. Ignoro por completo su argumento sobre la maldita tabla que resolvería la pregunta que el maestro Milon hizo. Escucho carcajadas provenientes a mis espaldas. Miro sobre mi hombro, para encontrarme a los dos idiotas más grandes riéndose.

―¿Y ustedes de que se ríen?―el maestro volvió a su explicación .

―De nada―Niall trata de esconder su burla con una falsa seriedad. Les aviento mis lápices, provocando que rieran más.

―Es solo que una chica sabe más que tú―Zayn lanzo una carcajada tan delicada, de esas que te salen del alma. Alguien llamó a la puerta anunciando que Milon es necesitado en dirección.

―Oh, pero mire quien lo dice, el señor “Sábelo todo”. Apuesto a que tú no contestarías ni una―

―¿Quieres apostar?―desafío Zayn.

―Vivo para eso―respondo aceptando su apuesta, una de las tantas que hacemos.

―¿Se callaran alguna vez? Están peor que mujeres―un chico enfrente de nosotros susurró, pensando en que no alcanzaría a oírlo. Pena, porque si lo hice.

―Perdón, ¿Qué acabas de decir?―espeto cabreado, al parecer fui el único que logro escucharlo.―Hey, te estoy hablando—pateo su silla, el chirrido llamando la atención de mis dos acompañantes.

―Dije―me encaró con mala gana.―Que cuando cerraran sus putas bocas―separó palabra por palabra, como hablándole a un niño. Lanzo una carcajada sarcástica y sin rastro de gracia.

―Espero que no me lo estés diciendo a mí. Por favor, dime que no me acabas de hablar como a un perro―lo apunto.―Tienes 10 segundos para retirar lo dicho o pedir disculpas, tú eliges—

―No lo hare―su escualidez no sería un obstáculo para partirle la cara.

―Diez…Nueve…―

A medida que iba contando, sus ojos mostraban nerviosismo, viendo las posibilidades de pelear contra mí. Esto se ponía cada vez mejor, ya quería ver como este flacucho de mierda, intenta lanzarme un golpe.

―Cuatro…―alguien a su lado, miro sobre su hombro.

―Pídele disculpas―

―No―Su rostro luce furioso, pero basándome en el tono de voz, es todo lo contrario.

―Tienes menos de tres segundos―le muestro tres dedos frente a él.―Dos―bajo un dedo.―Uno―le indico el dedo del medio con una sonrisa.

―No seas estúpido―su amigo me cae bien, ambos pensamos lo mismo.—Discúlpate―

―Se acabó el tiempo―me levanto de golpe, haciendo estragos a mi alrededor. 

||BETTER|| L.T [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora