Llegamos a casa

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Querido diario te comento que una voz femenina me despertó de mi grato sueño.

-Bienvenidos a Santiago de Chile, país de las mil maravillas, recuerden abrochar sus cinturones, ya que el avión iniciará su aterrizaje, gracias por preferirnos y volar con Skyfly.

Me acomodé lo más rápidamente para abrochar mi cinturón, pero por accidente lo acomodé en el asiento equivocado.

-¿Se te perdió algo? (observa mis manos inquietas).

-Me equivoqué de asiento, bien...(evito mirarlo a los ojos).

-Fíjate bien en donde lo colocas lindura(hace un gesto picarón, pero muy frío a la vez).

"Lindura" sonaba en mi cabeza, ¿Qué rayos?, que tipo más irritante. Deje de presentar atención a su pésimo sarcasmo y cerré los ojos, pero era inevitable no dejar de sentir un poco de mareo, puesto que no había comido hace un buen rato.

-Anto ya llegamos, esa era la voz de mi hermano mayor Juan.

-Ya voy (coloco los ojos de plato).

-Así que la muchacha distraída tiene nombre (suena una pequeña risa).

-Déjame tranquila, idiota (alce tan fuerte la voz que todos me quedan mirando). 

Olvide todo el murmullo y me encamine con prisa hasta la sala de equipaje, para recoger mis maletas. 

Era increíble la cantidad de bolsos y maletas que observaba y el gran tumulto de gente que transitaba mientras cada uno iba en su mundo. Madres con sus hijos sonrientes, la pareja que camina de la mano y el padre que se despide de su hija menor con un gran abrazo totalmente emocionada, antes de partir, los niños corriendo de aquí para allá, los felices turistas que entraban y salían del aeropuerto con sus vestimentas extravagantes y los típicos jóvenes que no dejaban de tomarse selfis, los hombres y mujeres que esperaban a los pasajeros, mientras alzan sus carteles y por supuesto las típicas señoras de edad con su pequeña mascota de compañía.

Nos dirigimos con mi familia hacia la salida más próxima y nos subimos lo más rápido posible al Uber que mi hermano del medio" Cris" había solicitado. "Esto de la tecnología es algo muy nuevo para mis padres que no se manejan muy bien", para irnos hacia la nueva casa donde mis tíos nos estarían esperando. Yo solo quería llegar a descansar del pésimo momento que había pasado.

Apenas llegamos a la casa de mis tíos, me fijé en como había cambiado el hogar, que por cierto ya no era una simple casa de madera, ahora se transformó en una casa de dos pisos.

-Hola familia, ¿Cómo están? (dijo mi tío Rodrigo con un tono grueso).

-Hola tío (respondió mi hermano mayor, con rapidez).

-! Vaya, vaya!, como ha crecido la familia, sobre todo estos cachorros(dijo mi primo Iván, mientras acariciaba a los perritos que tenían una cara somnolienta). Mientras tanto, mi padre le entrego la jaula a mi primo para hacerles un rincón en el patio trasero de la gigante casa.

-Anto querida, sé que debes estar muy cansada y con hambre, pero ¿podrías ir a comprar una bebida de litro?, al negocio del Señor Marcos (Agrego mi tía Rosa).

De acuerdo tía...(coloqué la cara más disimulada posible).

Apure el paso y me dirigí con rapidez al negocio que me indico la Tía Rosita.

Entre con rapidez al negocio que me había indicado tía Rosa. Alce un poco mi voz, para que alguien pudiera escucharme. ¿Hay alguien aquí?,! Necesito una bebida de litro, por favor!.

-Un momento dama, traerán su pedido inmediatamente (dijo el señor, mientras comenzó a silbar y hacer unas señas con las manos).

-De acuerdo, gracias (respondí mientras sacaba mi celular para ver lo poco y nada que me quedaba de batería).

-Vaya la chica desagradable otra vez(sonó una voz ronca que reconocí de inmediato).

-! Genial!, ¿Me estás siguiendo? (respondí sin dejar de mirar el celular).

-Aquí tienes chica (se rasca el cabello muy nervioso, mientras que el tío no dejaba de mirarnos con un gesto bromista).

Fue tan inevitable que se me escapara una pequeña sonrisa, tome con rapidez la botella, pague lo que corresponde y salí con el mayor apuro para volver a casa. Mientras iba saliendo sentí como alguien me tomo el brazo. Quedamos cara a cara con quien ustedes ya saben.

-Olvidaste la boleta chica gruñona.

-Bueno, gracias por nada(respondí y agarre con fuerzas la boleta). No pude dejar de mirarlo a sus ojos que en su interior reflejaban una gran tristeza y vacío de su parte). Comenzó acercándose un poco a mi oído, mientras sentí su respiración, soltó una frase.

-Guarda bien este boleto y escríbeme apenas puedas (lo dijo en un tono muy poco apropiado).

Apenas término de hablar, lo aparte de golpe, pero no podía evitar darme cuenta de como mis orejas se empezaron a poner muy rojas de la nada, tome coraje y me aparte. El chico cedió a mis movimientos y mientras se acomodaba su obscura chaqueta de cuero, me guiño el ojo y se alejó rápidamente al negocio.

"Mierd... Anto".. Me repetía una y otra vez, mientras aceleraba el paso, tome el boleto, lo di vuelta y me fije que tenía un número de celular y un corazón negro.

Entre a la casa y me fijé como la familia continuaba cenando, deje la botella sobre la mesa y subí rápidamente a la pieza que me correspondía. No tenía ningún tipo de apetito, solo quería descansar.

Me acosté sobre la cama, aunque este toda desordenada, mire el boleto, por un momento fue inevitable no sentir la respiración del chico desagradable, su mirada triste, pero apagada y su brutal tono de voz.

Deje de pensar en todo por un momento y rompí el boleto, la molestia me consumía por dentro. Sabía que tipo de muchacho es, y yo, nunca, me fijaría en un tipo tan insoportable como él. Tiré el boleto en la basura, enchufe mi celular. Cerré el diario de vida y lo dejé sobre el escritorio y de un momento a otro me volví a dormir.


Querido diarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora