𝒞𝒶𝓇𝒾𝓃̃𝑜

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𝓟𝓞𝓥 𝓜𝓪𝓬𝓪𝓻𝓮𝓷𝓪

–Amor ¿puedes ir a traerla por favor? Creo que tiene hambre – Desperté por segunda vez en la madrugada. Isabella lloraba como si no hubiese mañana. La primera vez fue por un cólico y nos dejó con un poco de dolor de cabeza.

–Claro – Suspire sentándome en la cama. Bárbara se levantó y camino con cara de sueño hasta el cuarto de la bebé. Un recuerdo de hace algunas horas llego a mi mente.

*Flashback on*

Los primeros meses fueron bastante tranquilos, después de que volvimos del hospital, mis padres se quedaron algunas semanas para ayudarnos.

Se los agradecí bastante.

Yo no hacía nada más que amamantar. Bárbara intentaba siempre incluirse en alguna cosa, pero odiaba el hecho de cambiar pañales, eso no lo hacia ella, pero le daba su bañito y la ponía a dormir.

Mi madre y Betty nos enseñaron varias cosas, principalmente la parte del baño, que de todo fue lo que me costó más trabajo. Comencé a alimentarme mejor, comía menos que cuando estaba embarazada y siempre cosas saludables.

Mi cuerpo había cambiado completamente, la barriga había disminuido con el tiempo y mis senos parecían crecer más. Mientras más comía Isabella, más leche aparecía. Necesitaba urgentemente un ritual de belleza, últimamente no tenía tiempo para eso.

Estaba por dormir cuando un llanto fuerte se escuchó por todo el departamento. Suspire y camine hacia el pequeño cuarto, que gracias a dios no estaba tan lejos.

– ¿Qué paso mi amor? Acabas de comer – La tomé en brazos y comencé a arrullarla.

– ¿Otra vez? – Bárbara se acercó, tallándose los ojos.

–No, creo que es otra cosa – Le entrego a la bebé buscando algún vestigio en donde estaba acostada – Ella nunca lloro de esa manera.

Isabella parecía dispuesta a sacar todas las lágrimas que poseía, se removía inquieta. Bárbara andaba de un lado para otro, diciéndole cositas en su oído, pero no funcionaba.

–Amor, me estoy preocupando, nada funciona – Corrí en dirección al cuarto para tomar el celular y marqué el número de mi suegra.

–Hola Betty, soy yo, perdona la hora, pero es que Bárbara y yo estamos un poco preocupadas – Mire a mi morena que intentaba hacer de todo para que Isabella ya no llorara – No, la acabo de amamantar. Tampoco tiene el pañal sucio.

–Tengo miedo Maca – La carita de Isabella estaba roja y no paraba de llorar.

–Oh sí, claro, ¿Cómo lo hago? – Llame a Bárbara con mi mano, mandándola a recostar a la pequeña en la cama – ¿Movimientos circulares?... Amor pueden ser cólicos, pase la mano por su barriguita.

Mi esposa dejo una lagrima escapar. Suspire al ver lo mucho que la afectaba estar viendo el dolor de su hija.

Lentamente la punta de sus dedos toco la suave pielecita y comenzó a hacer movimientos circulares de un lado a otro. Subiendo y bajando. Era la primera vez que Isabella tenia cólicos.

–Está parando amor – Sonreí al ver los ojitos tan idénticos a los míos cerrarse lentamente – ¿Sera alguna clase de magia?

–Funciono Betty. Si, vuelve a dormir, muchas gracias – Mi suegra me dio algunos consejos más y se despidió – Nada mal mamá.

Para siempre tuya  ☆Traducción☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora