Mi Tesoro Más Preciado [D. L.]

Prólogo.

Él era atento, amoroso y amable con ella, todo lo que no se esperaba de Shu Sakamaki, aquel chico tan desinteresado por la vida.

Subaru a cambio le entregó su cuerpo y alma, se sentía la mujer más feliz del mundo estando junto a él.

Unos días antes de su aniversario fue al hospital porque tenía muchas náuseas, ahí le informaron que estaba embarazada, no sabía que hacer por un lado estaba emocionada porque sería madre, pero por el otro estaba nerviosa de cómo fuera a reaccionar Shu, al final optó por hablar con él.

Sin embargo, en la vida no todo es color de rosa, cuando regresó a la mansión escuchó unos tenues gemidos, «Ha de ser Laito jugando una chica», pensó restándole importancia, y continuó su camino, pero los gemidos se fueron intensificando más y más conforme se acercaba a la habitación de su pareja. Sigilosamente abrió la puerta y lo que vio le rompió el corazón.

Shu se encontraba acostado en la cama besando amorosamente a Yui, ambos desnudos y jadeando, ni en sus más horribles pesadillas lo hubiera imaginado, confió en ellos y estos la traicionaron por la espalda, llena de tristeza azotó la puerta llamando la atención de los amantes.

—Subaru... —susurraron sorprendidos.

—¿Desde cuándo?

—¿Qué...?

—¿Desde cuándo me están viendo la cara de estúpida? —las lágrimas empezaron a caer sin aviso, se sentía muy mal.

Ninguno de ellos se dignó a hablar esto hizo que se sintiera aún más decepcionada y salió corriendo de la habitación, siendo perseguida por Shu.

—¡Subaru espera, puedo explicarlo! —dijo captando su atención. —Esto fue sólo un desliz, te lo juro. Necesito tiempo, he estado confundido, quisiera aclarar mis sentimientos.

—Claro. Tienes toda la vida para aclarar tus sentimientos, porque cuando uno quiere de verdad no duda. ¡Adiós!

Shu se quedó sin palabras mientras Subaru bajaba por las escaleras yéndose de ahí sin mirar atrás, no iba a parar, seguiría adelante por ella y por el pequeño en su vientre.

[Continuará]