C H A P T E R 0: ᴹᵉᵐᵒʳᶤᵉˢ

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n. memories



1995

En la mística Academia Umbrella, un lugar destinado a formar héroes que salvarían al mundo, tres niños jugaban a ser peluqueros.

El pequeño Ben Hargreeves de seis años llevaba una toalla en la cabeza y las piernas cruzadas, leía una revista sobre paz mundial en su silla de juguete en lo que esperaba que su hermano, Klaus, terminara su turno con la niña de bellos caireles negros.

Todo estaba muy silencioso, hasta que por toda la habitación se oyó el grito agudo de Sunny. Klaus había utilizado tijeras de verdad cuando le cortó el cabello.

Rápidamente Ben tiró la revista y se acercó a la niña que estaba a punto de llorar.

¡Klaus! ¡Discúlpate con Sunny! le ordenó, moviendo a su hermana para que ella recargara la cabeza en su pecho.

Todos los hermanos Hargreeves sabían que Ocho no era capaz de enojarse, hasta ella misma lo había intentado, pero lo único que resultaba era alguna lágrima o se terminaba riendo.

¡Pero mírala! ¡En otra vida sería el mejor peluquero!

¡Discúlpate ahora mismo!

Número Cinco, que desde hace horas los había estado espiando dentro de un armario, miraba furioso a los brazos de Ben sobre Sunny. No le gustaba verla llorar y mucho menos no poder hacer nada al respecto.

Está bien, lo siento, solecito. Pero admite que ahora te ves mucho mejor ahora que con todo ese pelo tapándote.

Ella siempre se ve bien sin importar su cabello, pero hubiera sido mejor si se lo cortaba un peluquero que no ve muertos.

Para ese punto Cinco ya tenía enterradas las uñas en sus palmas. Desde que tiene uso de razón juraba que Sunny era la octava maravilla del mundo, pero lo que no le gustaba era que otros se lo dijeran.

Por otro lado, Ocho se secó las lágrimas con la manga y se levantó para ver cómo quedó con su nuevo corte. Intentó poniéndose el apartado de lado y, aunque naturalmente lo tuviera muy esponjado, le gustó mucho.

Deberías dejártelo así murmuró Ben, mientras Klaus hizo un intento fallido de chiflido.

Después de varios minutos los tres niños salieron de la habitación mientras seguían jugando. En cambio, Cinco salió del armario y, con cuidado de que nadie lo estuviera viendo, se guardó en su bolsillo los mechones de Ocho.

 En cambio, Cinco salió del armario y, con cuidado de que nadie lo estuviera viendo, se guardó en su bolsillo los mechones de Ocho

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𝐋𝐈𝐌𝐄𝐑𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀 ━━━━ 𝐂𝐈𝐍𝐂𝐎 𝐇𝐀𝐑𝐆𝐑𝐄𝐄𝐕𝐄𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora