Alianza de Paz [OhmFluke]

1. La boda

La guerra estaba en su momento más tenso. Miles de vidas se habían perdido y no había manera de que las hostilidades cesaran. Debían encontrar una forma de que la situación se calmara puesto que era mucho el dolor y los sacrificios que ambas partes habían sufrido. Si no encontraban algo pronto, ambos bandos terminarían en ruinas y ninguno ganaría.

Ese fue el motivo por el que ambos reinos hicieron una tregua momentánea y acordaron que los líderes se reunirían a solas en terreno neutro.

A la hora acordada y en el lugar acordado, el señor Ritprasert, líder del reino Hanan y el señor Phiravich, líder del reino Urin, se reunieron. Ambos fueron escoltados por tres soldados. El primero por Ohm, Boun y Prem mientras que el segundo por Fluke, Kao y Earth.

Ambos líderes se saludaron con respeto e ingresaron a un salón solitario, lugar donde se llevaría a cabo la reunión privada entre ellos y quizás un posible acuerdo para dar fin a aquella guerra.

Los acompañantes de ambos tuvieron que esperar afuera. En completo silencio, cada uno esperaba el resultado de aquella reunión, mientras que otros tenían preocupaciones privadas que no tenían nada que ver con la guerra, sino más bien con ellos mismos.

Fluke Natouch, del reino Urin, deseaba lo mejor. Que los líderes llegaran a un acuerdo que terminara con aquella guerra. Era joven, tenía planes y metas personales que no podía cumplir por estar en el ejército.
Sumido en sus pensamientos, no se dió cuenta que alguien del ejército contrario lo miraba y, que de haber tenido la oportunidad, le hubiera hablado con el corazón en la mano.

Dentro de la habitación, los líderes conversaban con tranquilidad, pero sin llegar a nada. El líder del reino Urin, Mean Phiravich no quería dar su brazo a torcer y mucho menos ceder a nada de lo que el señor Ritprasert proponía.

—Tienes que ceder salgo, Phiravich.

—No tengo inconveniente alguno en seguir luchando.

—Esta guerra no nos lleva a nada.

—Tal vez a ti

—Por favor, solo deseo que la guerra termine.

—Tal vez encontremos la manera de hacerlo—dijo con tono peculiar, el cual fue captado al instante por el líder del reino Hanan, quien de inmediato empezó a sospechar que lo que escucharía a continuación no le agradaría. Y no se equivocó.

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Casi una hora más tarde, el primero en salir fué el señor Ritprasert, quien en completo silencio se dirigió a sus guardias y les indicó con la mirada que lo siguieran. A juzgar por su seriedad y expresión, suponían que la guerra no terminaría.

Al cabo de unos minutos, Mean Phiravich salió. Miró a sus subordinados y dijo con seguridad:

—La guerra terminará pronto.

Lo dijo tan seguro, que los soldados no sabían que pensar. Cuando vieron el rostro de Ritprasert, parecía todo lo contrario a lo que Mean acababa de decir.

El líder del Urin, casi sonrió. Sabía que tarde o temprano el líder del Hanan aceptaría y, cuando lo hiciera, no solo conseguiría paz, sino también se vengaría de cierta persona que se atrevió a rechazarlo.

Con eso en mente, regresó a sus dominios en compañía de sus soldados.

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Cuando el señor Ritprasert ingresó a su palacio, mandó a llamar a todo su ejército a la sala de audiencias. Tenía que comunicarles lo sucedido en aquella reunión. Se veía serio y bastante callado, así que la mayoría supuso que la guerra continuaría.