Mecánico del amor imposible - Sontails (Sonic x Tails)

Capítulo 1: El zorro, el erizo y el huevón.

Una isla tranquila en medio de la nada llena de vegetación y varias aldeas es un lugar perfecto para un escenario de serie de televisión o de película. ¿Quién no querría vivir en un lugar en el cual puedes estar tranquilo de todos los problemas que te pueden rodear? Bueno... Tranquilo no es la definición adecuada. Ya sea por lo irritantes que pueden ser a veces los aldeanos, ya sea por un doctor malvado que manda robots de vez en cuando desde su guarida (aunque se aprecia que lo haga ya que es entretenimiento para nosotros) o ya sea por una luz azul que pasa por toda la isla en menos de 60 segundos ida y vuelta e ida y vuelta e ida y vuelta... Comprendéis por donde van las palabras. Y tampoco me he presentado yo ahora que lo pienso... Dejadme terminar y ahora vamos con eso.

Como decía, en la isla habitan todos pacíficamente (repito, a veces) dentro de lo normal. Dentro de esa isla, además de tener como 40 o 50 personas distintas viviendo en la isla, contando esos raros que se centran en echarte la culpa indirectamente para chantajearte y a Knuckles. Ojalá este último fuera más inteligente... Dentro de todos los habitantes, está un equipo de 5 personas que se dedica a salvar la isla de cualquier incidente que pase. El gobierno es el que nos indemniza, así que nosotros hacemos ese trabajo. Y sí, ya pasando con quién soy, mi nombre es Miles Prower, pero todo el mundo en la isla me conoce como "Tails" (más bien, prefiero que todos me llamen Tails).

Sí, sabéis quién soy yo. Ese zorrito de dos colas, de unos 15 años casi para 16. ¿No os suena? Pelaje amarillo, gafas de aviador, cinturón mecánico... ¿Vuestras neuronas funcionan ya? Perfecto. Y ya sabéis de qué equipo hablo cuando menciono a mi equipo, bueno, al "Sonic Team".  Si aún no sabéis quién soy, no tengo tiempo ahora para hacerlo.

-¡Tails, una ayuda, el huevón vuelve a atacar la aldea!- ahí está, mi mejor amigo desde la infancia Sonic, el famoso erizo azul océano tan rápido como el sonido (o incluso más, algún día tengo que experimentar cuánta velocidad puede alcanzar).

Desde muy pequeños hemos sido colegas y mejores amigos para todo. "Amigo"... Me duele la palabra un poco, la verdad. ¿No te has dado cuenta aún? Me enamoré de mi mejor amigo, aunque hace mucho tiempo desde que comenzó a gustarme. ¿Se lo he contado? ¡Claro que no! ¡No puedo contarle a mi mejor amigo de la infancia que me gusta! ¿Y he convivido con ello todo este tiempo? Sí, y ha sido fácil la verdad. No es muy espabilado para darse cuenta de que algunos actos que realizaba eran con cariño intencionado y no por hermandad o amistad.

-¡Voy para allá con el Tornado!- respondí a través del comunicador fugazmente. Estas oportunidades eran perfectas para pasar tiempo con él ya que me sacaban de mi taller y luego me las pasaba con mi mejor amigo todo el día... Auch. Sigue doliendo.

¿Mencioné que soy un mecánico estupendo y un superdotado inventor? ¿No? Se me pasó entonces... Estúpida pérdida de memoria a corto plazo. Y mira que me estaba tomando las pastillas para contrarrestarla... ¿Mencioné que soy un mecánico estupendo y un superdotado inventor? ¿Sí? Entonces lo obvio es que tenga un taller donde guardar mi mejor invento: el Tornado. El Tornado es como mi hija, literalmente. Le he dedicado tanto cariño a mi Tornado que es mi proyecto más ambicioso y actualizado. Si algo le pasará a mi Tornado sería como si me pasara a mí... ¿Mencioné que soy un...? Esta era broma, ya paro, me acuerdo de haber dicho eso. En fin, dejémonos de tonterías, nos las ahorraremos para otro día. Cogí mi nuevo invento que iba a probar en combate y volé para caer en el asiento de mi Tornado. Encendí el motor e hice lo que más me gusta: volar. Dejémonos de rollo y vayamos directamente a la parte donde llego a la villa.

-¡Eggman, te repito que mi nombre es Eggman! ¡No "carahuevo"!- gritaba Eggman mientras estaba en su... ¿Nave huevo flotante? Nunca supe el nombre de ese invento.