Existir por amor {ChanBaek/BaekYeol}

Capítulo 2: El rey y el consorte real

"Y cuando dices mi nombre, como caballos blancos en las olas, creo que se siente igual.

Como un océano en mis venas y te sumergiras, como si nada estuviera fuera de lugar."

Lo habían escoltado a sus habitaciones de nuevo, JongIn y Joy estaba en ella preocupados, mas cuando su príncipe llegó llorando histérico. Trataron de calmarlo, pero BaekHyun solo no podía dejar de llorar y negar, arrinconado a los pies de su cama, donde sus piernas habían cedido al llegar. JongIn le preguntó qué le pasaba, pero BaekHyun no encontraba las palabras para expresarse.

Fue veinte minutos después cuando casi lograba calmarse por completo cuando KyungSoo fue anunciado en sus habitaciones, este entró y con voz autoritaria le dijo a JongIn y Joy que se retiraran, su rostro igual de impasible que en la sala antes, el moreno chilló y pataleó, pero al final tuvo que hacer lo que le ordenaron dado que él y Joy solo eran siervos, además de estar en tierras ajenas.

Aun así, JongIn lo observó por última vez, su mirada preocupada y frustrada, antes de salir, BaekHyun solo vio desde su lugar, agazapado en el suelo, al pelinegro, quien lo miro solo por un segundo antes de hacer una reverencia y salir también de la habitación.

BaekHyun se quedó mirando las puertas, preguntándose qué acaba de pasar. No tuvo que esperar mucho para que su pregunta fuera contestada, ya que minutos después esta fue abierta sin previo aviso, dando paso al rey de Pyro.

La gigantesca figura del Fénix caminó por la estancia con paso firme y seguro, su ropa había sido cambiada, ahora por un traje verde oscuro de dos piezas, la cual lucía costosa y lujosa, su cabello atado en una cola baja, algunos mechones rebeldes en su rostro.

BaekHyun lo miró con sus ojos hinchados y rojos por el llanto, sus mejillas sonrosadas aún manchadas de lágrimas. El rey llegó hasta él y lo contempló desde la altura, BaekHyun nunca se había sentido tan pequeño, tanto literal como figurativamente, ante nadie; ni siquiera su padre.

—¿Qué hace mi prometido tirado en el piso de manera tan deplorable? -Su voz lo hizo estremecer.

BaekHyun solo lo miró desde su lugar, encogiéndose un poco más, por su mente solo pasaba la imagen del Fénix cortando la garganta de ese hombre, la sangre por todas partes, corriendo por sus manos; los gritos de la mujer aún retumban en sus oídos.

—¿No piensas hablar?

Entonces el rey se puso en cuclillas frente a él, sus ojos buscando los suyos. Su mirada era tan intensa que no lo dejaba respirar, los ojos del Fénix recorrieron todo su rostro paulatinamente, como queriendo memorizar cada rasgo y detalle de este, BaekHyun no podía descifrar el brillo en los ojos del rey, pero este parecía casi embelesado; de repente una mano grande se extendió hasta su rostro, sus nudillos rozaron casi imperceptiblemente su mejilla, BaekHyun jadeó suavemente cuando la otra mano del rey cogió la suya, la cual descansaba en su regazo, esta fue llevaba hasta los labios del más alto y un beso fue depositado en sus nudillos.

—Un placer volverte a ver, mi príncipe —Sus labios calientes rozaban sus nudillos mientras hablaba, BaekHyun se estremeció—. Soy el rey de Pyro, tierra del fuego. Me llaman de muchas maneras, pero para ti, soy Park ChanYeol; tu servidor, mi príncipe.

BaekHyun solo observó al rey, ChanYeol¸ sin decir palabra alguna, ChanYeol alzó una ceja.

—¿Hay algún motivo por el cual no puedas hablar?

El joven príncipe solo frunció los labios y se negó a contestar, ChanYeol lamió sus labios, su mano viajando por su mejilla mientras su rostro se acercaba más al suyo.