la torre (Taejin)

Capitulo 4.1

                                                                     ☘️ Un chico común ☘️ parte dos 

Jin se despertó ahora no por la luz del sol de la que le privaron o del canto de las aves

que anidaban en su terraza. Fue el ruido de algo pesado moviéndose que lo despertó,

pero luego el estruendo de cosas callándose al piso le hizo abrir los ojos en medio de

penumbra, pues solo la pequeña ventana en la altura de tres metros dejaba entrar un

poco de luz.

— ¡Oh pero que desastre!

Somnoliento y con los parpados sin intención de abrirse por voluntad, se sentó en su cama mientras se tallaba los ojos y trataba de enfocar la mirada en dirección del incidente y la voz femenina tan desconocida... ¿una desconocida en su habitación?

Ahora sin con los ojos bien abiertos, no evito sonrojarse ante la imagen de una mujer joven con un vestido muy pequeño que mostraba más arriba de la pierna

— ¡¿Quién diablos eres?! — se paró de golpe de la cama y la mujer dio vuelta para verlo, dejando impresionado al rubio cuando reconoció los ojos aguamarina y el lacio cabello— ¡Oh, ya despertaste jinnie! — pero la sonrisa no le duro, pues una manta echa bola le cayó en la cara — ¡Óyeme insensato, ¿por qué haces eso?!

— ¡Insensata tú! ¡Cúbrete ese trasero

— Pansy llevaba el mismo vestidito verde que el que usaba como hada, pero este en esa forma gigante no le tapaba nada de nada en la

retaguardia. Jin no sabía si estaba rojo de vergüenza o de furia— Que susceptibles son los humanos. — farfullaba la chica-hada mientras se enrollaba la manta en la cintura.

— ¿Cómo es que eres humana? — se acercó el rubio a ella y esta volvió a su sonrisa feliz

y victoriosa que no le dio buena espina al chico

— Las hadas podemos transformarnos cuando queramos en humanos pero como aun yo

soy joven, transfórmame me cansa mucho y no puedo volver a ser hada o animal por un par de horas. Además de que así es más fácil hacer magia de verdad como cualquier mago o bruja. — Jin elevo una ceja de incredulidad y sus brazos estaba cruzados

sobre su pecho, un minuto de insistencia con esa mirada y Pansy resoplo resignada—

Bien, no como cualquiera. No puedo hacer hechizos que causen daño directo a cualquier ser vivo.

Conforme con la respuesta completa, el rubio volvió a su curiosa mirada

— ¿Y por qué decidiste convertirte en humana?

— ¡Feliz cumpleaños Jinnie! — la chica le extendió al frente en ambas manos que contenían un objeto envuelto en pergamino y un listón verde para el cabello.

El rubio resoplo divertido y la miro, pero ella seguía con ese brillo travieso en sus ojos

que le pareció correcto seguirle el juego

— No sé cuándo es mi cumpleaños. — comento el chico con cara de duda en abrir el regalo, ella lo dio un zape

— Cállate y ábrelo.

Obediente y temeroso ante otro zape, el joven lo abrió jalando del listón y sin romper el pergamino, pues realmente por primera vez abría un regalo "de cumpleaños" en toda su