Viernes, trece de diciembre.
Cuando abrí los ojos, mi visión apenas cambió. Todo seguía siendo negro. No veía las paredes, si es que había. No veía mi propio cuerpo. Intenté acercar mi mano derecha a mí para para ver si era capaz de distinguir aunque sólo fuera la silueta.
No podía controlar bien las extremidades; terminé dándome un suave y torpe golpe en la cara. El cuerpo me pesaba, lo sentía extraño. Me encontraba totalmente desorientada. Notaba mechones sueltos de mi pelo cayéndome por la frente, hasta la mitad de mis mejillas.
Tenía la sensación de estar sucia, y sentía pinchazos de dolor en la cabeza.
Pero lo peor era la sed. Sentía la garganta ardiendo, como si me hubieran obligado a tragar arena. Arena hecha de fuego.
El ruido de un golpe sordo reveló cuando mi cuerpo golpeó de nuevo el suelo después de que tratara de levantarme. Al cabo de unos segundos, volví a dormir.
Hola, solo quiero daros la bienvenida a esta nueva historia e informar de que estaré intentando actualizar semanalmente, siempre que la vida me lo permita. En principio, el día de actualización sería el miércoles. Si eso cambia, os avisaré. Espero que os guste, y no olvideis votar y comentar :)

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La diosa de la Nada
FantasiaLo reconocerás por su manera de andar. Por su manera de mirarte, de descubrirte. Lo reconocerás por sus rasgos, tan afilados y elegantes; como una mezcla entre un felino salvaje y un miembro de la realeza. Sí, no hay duda de que una vez que lo veas...