❝ʟᴀ ɪᴍᴀɢɪɴᴀᴄɪóɴ ᴇs ʟᴀ úɴɪᴄᴀ ᴀʀᴍᴀ ᴇɴ ʟᴀ ɢᴜᴇʀʀᴀ ᴄᴏɴᴛʀᴀ ʟᴀ ʀᴇᴀʟɪᴅᴀᴅ❞
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Imaginas y one-shots del actor y bailarín británico Thomas Stanley Holland.
Hermosa portada por @evenstaar
#51 - británico 20/3/19
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Tú y tus amigas estaban en un restaurante, en ese momento llegó Tom con Harrison Osterfield y su hermano Sam, quienes se sentaron en una mesa que estaba al lado de ustedes.
Tanto le llamaste la atención a Tom que no dejó mirarte por un rato hasta que su hermano notó la expresión en su rostro.
—¿Por qué tienes esa cara de menso?
—Siempre esta con cara de menso. —respondió Harrison mirando la carta de menú.
—Si, pero hoy más. Tan solo miralo. —dijo Sam y notó que su hermano no dejaba de mirarte. —Uuh, ¿te gusta, verdad? ¿Quieres darle besitos, eh? Muack muack.
—¡No, silencio! —exclamó Tom, dejando de mirarte para callar a su hermano.
—Deberías hablarle. —dijo Harrison.
—No, ¿o si? ¿qué le voy a decir?
—Solo ve, pregúntale su nombre y pídele su número telefónico, ¿qué tan difícil puede ser, eh? Anda.
Tras pensarlo por unos minutos, Tom se levantó de la silla y se acercó a ustedes. Tus amigas notaron que él se acercaba e hicieron señas para llamar tu atención, pues tú también querías hablarle pero te daba pena. Así que cuando notaste que el británico ya estaba en su mesa, lo miraste y sonreíste.
Escuchaste un "tú puedes, tigre" por parte de Sam y Harrison, quienes estaban atentos a los movimientos del castaño.
—Hoo-la. —saludó Tom con una sonrisa. —Estas bonita.
Al escuchar aquello tus mejillas se tiñeron de un color carmesí. —Ho-ola, gracias. Tú también estas lindo.
—¿Cómo se llama tu nombre? —Tom se dio un golpe en la frente, tratando de castigarse por sus palabras. Avergonzado por aquello, mejor se retiró ante tu mirada extrañada.
—Salió mal. —dijo Tom sentándose en la silla y su hermano y amigo no tardaron en reírse. —No es gracioso, chicos.
—Si que lo es. —dijo Sam entre risas, pero se calló cuando miró que tú acompañada de tus amigas se acercaron a su mesa.
Le tocaste el hombro a Tom y él giró hacia ti, le entregaste una servilleta doblada y te retiraste con tus amigas del restaurante.
—¿Qué te dio? —preguntó Harrison.
Tom desdobló la servilleta y sonrió de oreja a oreja cuando notó que en ella estaba escrito tu nombre y número telefónico. Después de todo no había salido tan mal.
