Capitulo 6- Viaje A las Nubes

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Flash back :

Era una noche oscura y tormentosa de 1995 ( londres) las calles navideñas se llenaban de gente, pero había un callejón por el que nadie pasaría, un callejón tan oscuro como el propio infierno, los cazadores del tiempo se dirigían hacia la máquina del tiempo, un lugar donde la gravedad era mayor y el tiempo se deformaba. Había quienes habían sido corrompidos por la codicia del inframundo, sin embargo, otros se dedicaban a viajar a través del tiempo y advertir sobre la profecía de la gran catástrofe que estaba por venir

Fin flash back

Clare estaba profundamente dormida, amenadiel la había dejado descansar en la cabaña, e intentó abrir un portal pronunciando las palabras en latín, era de madrugada y puesto que clare estaba dormida la cogió en brazos y atravesó el portal, acabando en un bosque lleno de acres y hojas otoñales que caian a la par de la brisa, un cosquilleo despertó a clare

- oh, ya estás despierta - clare miró a su alrededor y no vio más que un camino que se abria a través del bosque lleno de árboles y hojas, el cielo era de un tono rojizo y rosa, era una incertidumbre saber en qué lugar estaban

- donde estamos? -

- estamos en el bosque de las cenizas, un lugar donde habita la vida y la muerte, aunque es un tanto extraño, no puedes comunicarte con el más allá, simplemente puedes sentirlo, este bosque se conecta con el otro mundo, pero no podemos contactar con los muertos -

A clare le entraban dudas de aquel extraño lugar

- pero es posible conectarse con ese otro mundo? -

- mas que eso clarisa, puedes visitar el más allá, pero solo es permitido hacerlo una vez, ya que, San Juan  , el guardián del purgatorio no te lo permitirá una segunda vez -

Clare pensó en su madre, estaba segura que ella estaría en un lugar pacífico, pero por mucho que quisiese verla amenadiel no se lo permitiria

En cuanto ambos vieron una luz que indicaba el final del bosque, la luz se hizo cada vez más grande y terminó por esparcirse. Cuando se dieron cuenta, estaban en el cielo, las nubes estaban bajo ellos, y clare sintió que eran como pisar el suelo de la tierra, el sol brillaba con intensidad, pero había otra cosa que le llamaba la atención, y no era precisamente algo usual, había otro sol todavía más brillante, que casi le deslumbra a clare

- donde estamos exactamente? -

Amenadiel se giro para acercarse a ella y tomarla de la mano

- bienvenida al santuario de los ángeles -

Clare observo como la niebla que se había formado al fondo se iba despejando, ante ellos se alzó un olímpo, y en las columnas que presentaba había dibujos de ángeles sosteniendo una copa o una espada

- esa de ahí es la espada del tiempo , y la copa es simplemente una representación de la bendición -

Clare miraba asombrada las esculturas, pero en cuanto amenadiel pronunció unas palabras en latín le miro fijamente, unas escaleras que parecían bajar hacia abajo aparecieron tras la oración , y ambos se dispusieron a bajarlas, llegando hasta un pasadizo de piedras que los guió a una fuente, y la estatua de un niño se posaba en su centro

- si tiras de la palanca se abrirá la puerta-

Clare tiro de la piedra que se encontraba debajo de la estatua y la enorme puerta frente a ellos se abrió dejando ver unos campos llenos de flores, y un cielo resplandeciente azul, a lo lejos se veía una montaña enorme y llena de cerezos rojos, parecía ser otoño

- a pie nos costará dos días, pero creo que necesitas ver todo el paisaje a pie, merece la pena, es precioso -

Clare asintió, estaba convencida de que un paseo al lado de la persona que le comenzaba a gustar cada vez más merecería la pena

Mientras que caminaban por un camino marcado por las hojas marrones otoñales y verdes primaverales , amenadiel le contaba a clare sobre su pasado

- clare, yo jamas conocí a mi padre, ninguno de nosotros, es decir, mi familia jamás a visto a dios como tal, dicen que es una persona, y a la vez es luz, el es nuestro creador, al igual que sembró a su hijo en el vientre de Maria, yo me considero su hijo -

Clare le miraba fascinada, ahora con la intensa luz del atardecer clare podía contemplar el rostro iluminado de amenadiel

- clare, el colgante que llevas te lo regalé yo, era de angélica, pero ahora te pertenece a ti, el te reconoce como tu dueña, hay muchas cosas que no sabes de ti, pero no te angusties clare yo estoy aquí -

Y así, ambos perdieron la noción del tiempo hablando de su pasado, hasta llegar a un argos de la montaña con ramas lo suficientemente grandes como para descansar en ellas

crónicas angelicas 2- La ciudad de los Ángeles celestiales Donde viven las historias. Descúbrelo ahora