VUELVES [ Wonjin X Hyeongjun ] Cravity

Especial

Un pequeño Hyeongjun de ocho años jugaba alegremente con sus amigos, se encontraban en el patio trasero de la casa de el festejado, Minhee, de quien era la fiesta, pues recién estaba cumpliendo nueve años

Estaban solo los cinco amigos y el primo de Minhee, Wonjin, pero este estaba adentro de la casa, comiendo una porción de pastel.

Ya era algo tarde y las mamás de sus compañeros, quienes habian ido a la fiesta, ya habian recogido a sus hijos, dejando  solo a ellos, jugando, riendo, y gritando mientras sus madres tenian una platica alegre de cuanto habían crecido sus pequeños y recordando cuando tan sólo eran unos bebés que apenas y podían gatear, sin duda esos recuerdos las llenaban de nostalgia.

En un momento, Hyeongjun escucho como llamaban su nombre, busco con la mirada al dueño de la voz, hasta que dio con Wonjin, quien le hacia señas con sus manos para que se acercara, por lo que se bajo de el inflable, por que si, amaban los inflables, y nunca podia faltar uno.

Bajo y se coloco los zapatos para después dirigirse al mayor, quien le esperaba con algo de nervios y una sonrisa.

— Hola Wonnie hyung– sonrió alegremente agitando su mano.

— Hola Hyejunnie

— Para que me necesita?

— Me puedes acompañar un momento a la casa de el árbol? – el menor lo miró confundido– será sólo un momento

Volteo a ver a sus amigos, quienes seguian jugando, sin darle mucha importancia a su ausencia debido a lo entretenidos que se encontraban por estar jugando, por lo que volteo nuevamente hacia el mayor y asintió, comenzando a caminar detrás de él, hasta el gran árbol que se haya a a unos cuantos metros, subieron con cuidado y una vez arriba, Wonjin cerró la pequeña puerta, para después tomar al menor de la mano y ambos sentarse, quedando uno frente al otro, mientras Hyeongjun seguía sin entender el que hacían ahí.

— Yo...– Hyeongjun le veía curioso esperando a que hablara– queria decirte algo

— Adelante hyung– él mayor suspiro mientras movia sus manos nervioso

—Más bien, queria darte un regalo– volvió a decir, aún sin encontrar valor.

—Un regalo? –asintió– pero es el cumpleaños de Minhee hyung, no mío hyung

— Lo sé, pero este regalo no se lo puedo dar a Minnie, a parte a el ya le di un regalo

— Por que no se lo puede dar? Es algo que no le gusta a Minhee hyung?– pregunto curioso

— No creo que le guste– rió levemente

— Que es?– su mirada curiosa solo lograba poner al mayor más nervioso

— Cierra los ojos y lo sabras

El menor dudo pero en seguida hizo caso, cerrando sus ojos, esperando escuchar la voz de su hyung que le indicara que podia abrirlos, pero al pasar aproximadamente dos minutos, solo escuchaba la respiración de Wonjin y los gritos de sus amigos de fondo, se comenzaba a desesperar, pero justo cuando iba a abrir los ojos, sintio algo posarse en sus labios.

Abrió sus ojos muy lentamente, viendo los labios de su hyung sobre los suyos, se sorprendió al ver a Wonjin, pero no se alejo y solo se quedó quieto debido a la sorpresa

El pequeño sintió una extraña sensación en su estomago, pensando en que tal vez la comida le habia hecho mal.

No se alejo, sino que fue él mayor quien lo hizo, Wonjin le miró atentamente esperando a que hablara, pero nada salía, simplemente intentaba procesar todo lo sucedido, aun que para un niño de casi nueve años no era fácil, no sabía lo que eso significa, todo era confuso.

— Ese era mi regalo– él menor pudo ver como Wonjin estaba colorado y eso le hizo sonreír por que su hyung se veía muy lindo a sí, o eso es lo que él pensó.

— Mami dice que los besos sólo se los dan las personas que se quieren– habló al cabo de unos segundos– usted me quiere hyung ?

Wonjin asintio, sientiendo nuevamente sus mejillas arder más, si es que eso era posible.

— Te quiero Hyejunnie, pero no puedes decirle a nadie que te di un beso esta bien?

— Porqué hyung?

— Puede que nuestros papás se enojen y no quieres eso o si? – nego repetidas veces– no quiero que me alejen de ti

— Yo tampoco quiero eso hyung

— Sera nuestro secreto?

— Sera nuestra secreto hyung– afirmó.

Ambos sellaron esa pequeña promesa con sus meñiques, sonriendo.

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