El cosmos en tus ojos

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Se sentía extraño y era extraño en más de un sentido.

Lleva horas dando vueltas en su cama sin poder conciliar el sueño. Su mente parecía estar aferrada a la idea de no dejarlo descansar por más cansado que estuviera.
Habían tenido entrenamiento en la tarde con el equipo de Ravenclaw y se había recibido un buen golpe de una bludger, por supuesto que ganaron, pero eso no evito sentir su cuerpo tan pesado y destrozado. Aún le dolía el hombro y estaba seguro que para está hora el moretón ya estaba más que formado en su antebrazo.

Ni siquiera fumar lo había relajando... Y estaba bastante seguro que masturbarse tampoco ayudaría a despejar su mente.

Es solo que... Los acontecimientos de la última semana seguían persiguiéndolo incluso estando despierto.
Había estado más disperso que nunca, incluso James se lo había mencionado poco después de su accidente aún que fue más un regaño en forma de "¡Sirius, que estás haciendo!" "¡concentrate en el partido.!"

Estaba cansado no solo físicamente si no mentalmente, por qué ni el mismo quería aceptar lo que sentía, estaba tan abrumado, pero a su vez interesado y atraído.

Su cabeza golpeo con fuerza contra su almohada y por un momento contempló la idea de ahogarse con el otro cojín lo suficiente para quedar noqueado.

Siguió removiéndose en su sitio, y lo único que consiguió fue seguir reviviendo aquella peculiar situación una y otra vez.

Esos ojos... Esos malditos y condenados ojos.

Fue increíble y desconcertante, aún podía sentir aquella corriente eléctrica recorrer cada una de sus fibras... El escalofrío que recorrió cada vello corporal.
Revivir aquello aún le provocaba sensaciones ajenas a él, pero no por eso desconocidas... Y eso era lo que más temía. Quería a toda costa evitar que esa sensaciones siguieran creciendo... No podía permitir que algo comenzará (si es que no había comenzado ya), tenía que hacer algo, tenía que arrancar los sentimientos que comenzaban a querer abrirse paso en su cabeza, por qué sí... todo estaba en su cabeza y una vez que esa absurda idea abandonara su cabeza se sentiría mejor. Por eso tenía que encontrar una forma de arrancarlos de raíz. No dejar ni una remota partícula de ellos en su mente.

Cerró los ojos tratando de calmarse un poco... Pensado con calma como había sucedido todo en primer lugar.

Remus siempre le dijo que dejara su comportamiento infantil e inmaduro, que un día este le traiga problemas pero como el irresponsable que es lo único que hizo fue decirle que dejara de preocuparse por cosas que ni siquiera habían sucedido.

Fue ese mismo comportamiento impulsivo el que lo llevo a esto... Si solo hubiese escuchado a Remus tal vez ahora no estaría en esta situación.

Abrió los ojos y lo único que pudo hacer, fue cuestionar como era posible dudar de lo que siempre creyo que era lo correcto... Comenzar a pensar que tal vez las cosas podrían ser diferentes desde un inicio. Que tal vez... Si el principio hubiese sido diferente sería mucho más fácil aceptar esto que estaba sintiendo desde aquella noche.

Esta inquietud y vilo que no lo dejaban ni a sol ni sombra.

Una risa agria salió de su garganta, tocan y herida., y por un instante esa ira comenzó a burbujear en su estómago amenazando con brotar de su boca.

Eso era imposible... No podía arrepentirse de nada y ni siquiera están seguro de querer arrepentirse de algo.

Pero si estaba seguro de algo y eso era que; lo último que quería hacer en su vida era enamorarse de aquella persona en particular.

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