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—¿A qué te refieres?

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—¿A qué te refieres?...

Así de cerca pudo notar mejor las finas facciones del pelirrojo, sus magnos ojos, las redondas mejillas y esa nariz respingada.

Era demasiado hermoso para ser verdad.

WooJin se acercó más a él al notar que el llanto del chico no tenía ceso, DaeHwi entró en un pequeño momento de pánico donde no tenía ni la más mínima idea de cómo actuar, su familia junto con Woong se habían ido en un rápido escape a un lugar seguro, él se había quedado por accidente dentro de la laguna, no tenía referencia de a dónde ir y nadie había vuelto por él.

Por el contrario, el chico que había estado observando desde la lejanía cada día por los atardeceres durante mucho tiempo estaba hablándole, notando su pobre existencia, en uno de sus momentos más débiles.

—Yo... Yo no soy un... — Ese momento era crusial, o aún así accedía a ayudarle o sin palabras se iba y lo dejaba allí mismo. —Humano...

Las palabras lo sorprendieron, observándolo un poco más minucioso pudo notarlo en la piel de sus hombros y parte de su rostro.

—Morirás si te dejo aquí...

Decidido, extendió su mano y aunque DaeHwi aún no podía confiar al cien por ciento en él por todo lo que le habían enseñado de pequeño, sostuvo su agarre al del otro dejando en descubierto su magnífico cuerpo al subir a la barca aquella.

WooJin se aseguró de que el sirena estuviera cómodo, y luego de dar un vistazo al horizonte, "Cuatro horas..." pensó. Tenía que lograr llegar a casa, no sólo por él mismo, su madre lo esperaba y ahora, alguien más dependía de su éxito.

Dándole otra mirada al chico que parecía nervioso, comenzó a remar...

Cerca de las once y media de la noche la barca de WooJin arribó el puerto de su pueblo, nadie se encontraba cerca, tuvo suerte, seguramente todos ya estarían descansando y recobrando energías para la jornada del siguiente día, en cuanto a él; luego de anclar su bote a la orilla, prestó atención al ser que yacía dormido dentro de la nave, lo observó detenidamente creyéndose loco, por primera vez admirando la mitad pez del chico, con esa cola color lavanda y todas esas escamas tornasol que a la luz de la luna lucían espectaculares.

Con sutileza acarició los cabellos cereza, hablando suave para no asustarlo.

—Hemos llegado...

El chico no despertó, igualmente tenía que sostenerlo en brazos para llevarlo a un lugar seguro donde los demás en el pueblo no lo encontraran, así que eso hizo, lo sostuvo contra su pecho y caminó al único lugar que se le venía a la mente para que el sirena pudiera pasar desapercibido.

Entró a la pequeña choza e inmediatamente se dirigió al pequeño cuarto de baño donde se encontraba la bañera llena de agua, ahí puso al sirena; retrocedió unos cuantos pasos cayendo por segunda vez hechizado por la magnificencia de DaeHwi, cuando se dio por vencido al caer en el suelo y recargar su espalda a la bañera lo único que podía pensar era en que todo era una locura, su madre seguramente estaría muy preocupada por él, su amigo seguía perdido y en la casa del mismo ocupando la bañera, se encontraba el ser que desde pequeño había buscado tras todas las visitas a esa misteriosa laguna.

MERMAID - ChamHwi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora