Cliché | NamJin

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— ¡¿Qué?! —Todos en la cafetería miran sin disimulo al nuevo, en definitiva, es un chico raro, otros son más evidentes y salen del lugar sin siquiera haber terminado de comer.

— ¿O eran dos provincias? —HoSeok está tan acostumbrado que ni repara en la forma que ven al nuevo.

— ¿Por qué está aquí? —Habla bajo, cohibido ante las miradas.

—Destruyó el automóvil de su padre en un accidente de tránsito, su padre estaba tan molesto que de castigo lo transfirió de su antiguo instituto a West Coast, no tardó mucho en hacerse popular.

— ¿Pero cómo...?

—Surgió el rumor de que era homosexual...

—Y cabe mi propia tumba estando ebrio en una fiesta —el aludido interrumpe a HoSeok y se sienta junto a éste —, pero de no ser por ese incidente no te hubiera conocido —abraza a HoSeok y lo asfixia en el proceso.

— ¡Dios! —Exclama con una mano sobre el pecho — ¿Pueden hacer más ruido? Soy una maldita gallina y me ponen los nervios de punta si aparecen de la nada.

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Es el segundo día de clase. Los chicos tenían razón y nadie se digna en hablarle, pero sí que lo ven ¿En cuánto tiempo le aplicarán la ley del hielo por completo? Es hora de almuerzo, por un momento pensó en comer solo, pero HoSeok entró en el aula y esa idea se esfumó con su presencia.

— ¡Hola! —NamJoon quiere saludar, pero HoSeok ni deja que hable — ¿Qué haces aquí? Te busqué en la cafetería.

—No tengo hamb... —los gruñidos de su estómago lo traicionan y son audibles para ambos —, te sigo.

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La cafetería es un caos al igual que ayer, por suerte todo el cuerpo estudiantil lo ignora e incluso se alejan, pero no le molesta, no tiene que hacer fila para comprar su comida.

—Te lo dije —comenta triste HoSeok junto al nuevo —, todos los que hablan conmigo son ignorados.

—Pues me importa una mierda —sube el tono de voz para ser escuchado y lo logra.

—Necesitas una mesa —habla para sí — ¿Dónde está Jin cuando se necesita?

El nombrado justo en ese momento entra campante a la cafetería y hace su típico intento de llamar la atención, pero fracasa horriblemente en el intento y cómo siempre termina frustrado. —Lo hicieron de nuevo, HoSeokie —reclama al acercarse a su amigo, haciendo un pequeño berrinche.

—No te preocupes, estoy seguro de que mañana te irá mejor —ánima y SeokJin lo secunda con una sonrisa.

—Bien —se da cuenta que el nuevo lo observa y se cohíbe un poco, se aclara la garganta y regresa a su postura de grandeza —. Vi a TaeHyung esta mañana.

—Creí que estaba enfermo.

—Lo está, pero JungKook lo amenazó y logró que viniera —comenta entre risas —, aún no sé cómo es que lo hace.

— ¿Quién es TaeHyung? —Otra vez habían olvidado su presencia.

—Lo siento —se disculpa HoSeok —, se me olvida que puedes vernos.

— ¿Y a ti quién te invitó?

— ¡SeokJin!

—Pero sí es cierto, quién le dijo que se hiciera nuestro amigo —deja de ver a HoSeok y se gira para ver al nuevo —, pues acostúmbrate, así es nuestro diario vivir y si yo —se señala a sí mismo —soy invisible, pues tú también lo eres.