Presagio.
Tuve la primera la aquella tarde de verano mientras todos se preparaban para asistir al evento mas importante de la temporada, el baile
Cepillaba con mimo y cuidado las delicadas hebras del cabello rubio de Rachel cuando tuve el primer momento de lucidez en lo que parecía una eternidad.
Me encontraba casi sumida en un trance, agradecida de poder distraer mi mente inquieta en una tarea concreta y simple como aquella, cuando decidí que lo más sabio en aquella situación sería pasar completamente inadvertida
. Trenzar su cabello era uno de los únicos momentos en los que consideraba nuestras interacciones medianamente decentes.
cuando su voz me trajo de vuelta al presente.
— ¿Lo encontraré tan apuesto como en las revistas?— la lujuria en la voz de mi hermana hizo que desviara la mirada hacia el espejo, perpleja. Me encontraba tan sumida en mis pensamientos que casi había olvidado que era a ella a quien debía atender.
Sacudiendo levemente mi cabeza borré mis inquietudes y me concentré en evaluar su rostro a través del reflejo. Lucía levemente sonrojada; sus pómulos, ya marcados naturalmente, se elevaban aún más con su ancha sonrisa; su mirada poseía un brillo genuino, saludable y su aspecto en general era impecable, digno de una dama de su altura.
— Su aspecto no debería ser tu principal preocupación en estos momentos. — susurré como pude haciendo malabares con las horquillas que mantenía entre mis labios y trenzaba su brillante cabello.
Mantengo mi opinión sobre la situación más que oculta entre mis pensamientos. Jamás estaría dispuesta a hacer lo que mi familia cree es la oportunidad perfecta para lograr su
preciada riqueza.Me resulta simplemente denigrante.
— Eso no debería ser precisamente lo que te preocupe.— Susurró la menor elevando la joya elegida ante su rostro.
Niega burlona y sus azules me juzgan con la mirada. Sujeta su largo cabello con ambas manos permitiéndome abrochar el colgante de costosos diamantes. El brillo del collar casi rivaliza con el malicioso reflejo de sus ojos azul cielo.
— Eso es, precisamente, lo único que debería preocuparme, Ale. — me observa como si fuese una niña pequeña.— Ese hombre es el más codiciado de todo el reino. Es el jodido Rey. Todas las mujeres de este reino rogarían por ocupar mi futuro lugar.—sus pensamientos se pierden entre suspiros, convencida de que sería la elegida.
Elevo una ceja incrédula. ¿Futuro lugar?
Niego lentamente y me alejo de ella tras acomodar su cabello. Me aseguro de que todo esté en su lugar y asiento en su dirección.
—Las cosas van a cambiar a partir de ahora niña, ese hombre no podrá resistirse ante lo que le ofrezco. De eso estoy segura. Lo seduciré, caerá ante mi... y en menos de lo que esperas lo tendré justo en la palma de mi mano. — suspira con ojos soñadores— Todas sus riquezas, posesiones,... todo— y no fue hasta ese momento que comprendí, lo lejos que podría llegar...
— Es sólo un hombre Rachel. Vales mucho más de lo que jamás valdrá una simple muñeca de la que pueda fardar y abusar a su antojo un hombre. Por muy Rey que sea. — advertí con mirada desafiante.
— Deberías aprender a comportarte, Alesha. Con esa actitud jamás lograrás que algún hombre te despose. Lo que hace útil a una mujer es precisamente lo ignorante que pueda llegar a ser. Eso los atrae... créeme. Buscan algo simple pero complejo a la vez.— sus ojos oscurecen varios tonos mientras lo dice.— Aprende, no permitiré que dependas de mi futuro esposo. — sujeta mi barbilla elevando mi rostro. Lo examina con precisión para luego soltarlo con brusquedad. —Toda tu belleza se va al caño cuando abres esa boquita.
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King Of Hearts | La elegida
Romance-¿A dónde crees que vas, Alesha? - su respiración acariciando mi cuello y miles de descargas atravesándome. Ansié su tacto, joder. Esto no me podía estar pasando a mí. Yo simplemente debía ocultarme, pasar desapercibida y hacer todo lo posible para...