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Cuando sonó el timbre de cambio de clase Marlena recogió sus cosas de forma rápida pero delicada.
No podía evitar mirarla de reojo mientras guardaba mi libro de forma torpe.
Sin darme cuenta pero dejando en clara evidencia mi curiosidad la observé hasta que se levantó del banco. Me observó y algo ruborizada bajó la mirada

-¿Ocurre algo?

Habló nerviosa y con tono bajo.
Podía deducir que era ese estilo de chica que prefiere mantener un perfil bajo.

-No, nada. Disculpa estaba absorto en mis pensamientos.

Suspiró algo aliviada, tomó su mochila y salió del salón mientras leía los papeles de introducción.

En mi cabeza pasaban muchas cosas, todas llenas de confusión y nerviosismo.
¿Qué acababa de pasar? ¿Qué fue esa sensación tan rara? ¿Por qué pasó con ella?
Estaba tan ocupado pensando que ni siquiera me dí cuenta de que Joseph estaba frente a mí intentando llamar mi atención.

-¿Owen? Cariño, te ves algo agitado ¿te encuentras bien?

Tocó mi mejilla con el dorso de su mano intentado saber si no tenía fiebre.

-Si, si estoy bien. Creo que solo me levanté muy rápido de mi asiento.

Mentí rogando que se lo creyera o mínimo no le preocupara tanto como para seguir insistiendo.

-Claro, si dices estar bien te creeré.
¿Tienes hambre? Vamos a la cafetería a comprarte una barra de energía o qué sé yo, tal vez eso aminore el mareo.

Tenía sentido, desayuné tan rápido y padaleé como jamás lo había hecho para llegar a la universidad que seguro mi estómago estaba hecho una fiesta o el piso de un baño después de la fiesta.

Asentí de forma brusca.
Entrelazamos nuestros dedos y caminamos tomados de las manos.

Estoy seguro de que mi novio me estaba contando algo muy interesante y que a él le haría mucha gracia porque sentía el movimiento de su brazos al soltar carcajadas. Pero yo iba mucho más ocupado e interesado en analizar y encontrarle sentido lógico a lo que había pasado con la chica de porcelana.

Antes de llegar Joseph se frenó, eso me sacó de mis pensamientos. Se había encontrado con unos amigos suyos y su plática parecía extenderse.

-Me iré adelantando.

Solté su mano y le sonreí, me devolvió el gesto y volvió a su conversación.

Llegué a la cafetería y pedí simplemente unas galletas con un jugo. No quería mezclar más cosas en mi pobre estómago.
Me estaba dirigiendo a una mesa sola cuando la ví. Estaba ahí sentada, apenas notoria por su lindo cabello, su lindo overol y su perfecto perfil. O simplemente solo yo la notaba pues no había parado de buscarla con la mirada.

Nuevamente mi corazón se aceleró, mis manos sudaban y algo en mi interior me impulsaba a caminar en su dirección.
Respiré muy hondo y me obligué a caminar para hablarle o simplemente mirarla un poco más cerca.

–Hola.

Mi "hola" parecía haber salido de una computadora con un grave caso de glich.

La chica porcelana dió un pequeño brinco y levantó la mirada un tanto asustada.

–Hola...

Dijo levemente mientras me observaba extrañada y nerviosa.

–Soy Owen, el chico que se sentó a tu lado en la clase.

Tragué saliva con fuerza.
"Claro que sabe quién eres ¿quién podría olvidar o pasar desapercibido a un chico que se te queda viendo o que se pone extremadamente nervioso a tu lado?"
Volví a morder mi labio mientras me cuestionaba mi decisión de venir. Ahora contemplaba la idea de salir corriendo antes de seguirla asustando.

–Lo sé, supongo que no tuvimos la oportunidad de presentarnos. Me llamo Marlena, aunque supongo que eso ya lo sabes– Soltó una risa nerviosa –Un gusto... ¿Owen?– me extendió su mano a manera de saludo.

–Si, soy Owen– Señalé mi rostro con mis índices de una manera muy ridícula –Encantado de conocerte– Estreché su mano y sonreí. No estoy seguro si fue una sonrisa linda o una sonrisa de nerviosismo, pero cualquiera que fuese al menos me la regresó.

–¿Podría sentarme a tu lado?

–Claro, no es como que haya mucha gente– Hizo un ademán con la mano y se sentó, dándome su perfil más lindo.

–Y... ¿De dónde vienes?– Pregunté mientras comía una galleta.

–Vengo de Cambridge.

–Suena genial. ¿Cómo terminaste aquí?

–Digamos que quería algo nuevo en mi vida y dejar ir algunos recuerdos– Se encogió de hombros y sonrío mientras miraba al lado contrario.

–Entiendo...– Mordí mi lengua levemente intentando no dejar morir la pequeña conversación.

"¡Venga Owen, algo más, algo más!"
Miré al rededor y encontré por fin algo para hablar

–¿Qué lees? Si se puede saber

–Oh no estaba leyendo, estaba escribiendo. Es una novela que llevó creando desde hace unos meses.

–¿De qué va?

–Es un secreto, no me gustaría enseñarsela a nadie.

–Entiendo... Y que me dices de...

–Owen, corazón aquí estás, estaba preocupado, creí que te habías ido a casa y estaba a punto de...– Dejo sus palabras al viento y miró con detenimiento a Marlena –Eres la chica nueva ¿cierto?

La chica asintió rápidamente.
Parecía haberse puesto nerviosa de nuevo.
Antes de que Joseph le dijera otra cosa ella se levantó, tomó sus cosas y se despidió de forma dulce pero breve.
La observé alejarse con un movimiento de caderas casi armónico.

–Cariño, creo que es mejor que vayamos a tu casa, te estás poniendo rojo del rostro y algo caliente.

–Claro...

HeterofobiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora