·Three colors· {Kirikamideku}

30 >> - Fin.

Los besos de parte de los dos iban bajando, pasaron de su boca a su cuello.

Sentir la calidez de sus alientos en su piel lograban hacerlo sentir mil y un cosas, entre ellas el arrepentimiento.

¿Por qué?. Saber que principalmente te buscaban para sexo del rato y luego dejarte con la sensación de asquerosidad en tu cuerpo y que luego se estén riendo en tú cara. No era algo que soportaría.

Las manos de ellos recorría desde su clavícula hasta su pelvis. Pasando las yemas de sus dedos por sus pezones  masajeandolos y tirando de ellos, sus jadeos resonaban en la habitación, lugar donde momentos que nunca pensó pasar volaron por su mente.

Las ásperas manos del peli–rojo recorrieron su espalda dejando besos y mordidas que tardarían en desaparecer.

Sus piernas fueron separadas por el rubio quien comenzó a frotar su despierto miembro con el suyo. El líquido pre–seminal se resbalaba por sus muslos hasta las blancas sábanas.

Juntaba su boca con la del rubio logrando formar un fogoso beso. Luego fue besado con la misma intensidad por el peli–rojo.

Sintió un cosquilleo en su vientre avisando que pronto se vendría.

Su miembro junto el de rubio estaban manchados por aquel pegajoso líquido blanco.

El peli–rojo unto en sus dedos aquella sustancia natural en sus dedos, comenzando con lentos masajes en su entrada. Pronto sintió un dedo entrar en su recto.

Dejaba escapar sus gemidos sin vergüenza. Pronto dos dedos expandían su recto, luego tres.

Y antes de tener un segundo orgasmo, el peli–rojo retiró sus dedos, y con su miembro alineó la punta con la latente entrada del pecoso y entró.

Tan pronto entró se movió, suaves y lentos movimientos que pronto tomaron fuerza y velocidad, llevándolo al cielo.

Pasó lo mismo con el rubio.

Su lechosa entrada goteaba la esencia de los dos. Cansado se tiró a la cama mientras los otros se vestían y salían.

Las lágrimas se asomaron en sus ojos, últimamente solo cogían entre ellos tres, luego los otros dos se iban dejándolo solo en la habitación.

¿Será que ya se cansaron de él?, ¿Por qué hacían aquello?. Parecían felices solo ellos dos, cómo si él no existiera. Comían juntos, y él comía solo, salían, y él como un estúpido sonriendoles y deseandoles suerte y que la pasaran bien. Mientras por dentro moría por volver a salir como lo hacían antes, los tres, sin miedo a ser discriminados, sin miedo de las miradas de asco.

Pero... ¿Qué pasó?.

Cansado se levantó de la cama, caminó a la cocina. Vió como jugaban entre ellos y reían felices, como si él no existiera.

Cansado, cansado de verlos felices y al llegar él toda aquella felicidad desaparecía.

Cansado les gritó. Les dijo, les dijo que él sabía toda la mierda que hablaban de él antes, les dijo que sabía que solo buscaban sexo y a la mierda, les dijo que siempre escuchó aquellas charlas que tenían entre ellos antes, diciendo cada mugre y mierda de él. Les dijo todos y cada cosa que él sabía y guardó.

Los echó. Ellos se fueron en silencio.

Al final, todo fué una jodida mentira.