Capítulo 2: Maldito atrevido

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—Jóvenes, les aviso desde el primer día que necesito que pongan todo su interés para el proyecto final —el profesor Graham se dirigió al pizarrón y escribió en él la fecha en que deberíamos presentarle su proyecto—

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—Jóvenes, les aviso desde el primer día que necesito que pongan todo su interés para el proyecto final —el profesor Graham se dirigió al pizarrón y escribió en él la fecha en que deberíamos presentarle su proyecto—. Deberán hacer un análisis y mejora de procesos administrativos en una empresa simulada, a continuación les daré las pautas.

Dejé de prestarle atención cuando el olor de un vape en medio de las clases me distrajo.

¿Quién era el imprudente que estaba fumando justo ahora? Instintivamente busqué con una mirada rápida de donde provenía el dulce olor a sandía pero fue inútil al no encontrar la fuente del olor.

Procedí a concentrarme en el profesor Graham; era uno de los docentes más temidos por su terrible carácter. No era una persona con gran paciencia y tampoco soportaba el bullicio a la hora de hacer participación en clases. Era apodado por los alumnos como "la bola mágica". Algunos decían que en su calva tan brillante podían leer su propio destino; otros afirmaban que, cuando se molestaba, su calva tomaba un color rojo. Este dato fue confirmado por mí en mi primer año. No pude evitar reírme al presenciar que ese rumor se hacía verdad.

—Licenciado —una voz gruesa pero afable interrumpió mis pensamientos—. ¿El trabajo será grupal? —Mi vista se dirigió a un chico físicamente bien dotado, sus ojos color grisáceos eran algo hipnóticos y estoy segura que no era a la única a la que habían impresionado. 

Mi total atención se la llevaron sus manos, tan masculinas adornadas con anillos de calaveras, particularmente uno que parecía una gran serpiente de ojos rojos enrollándose en su dedo anular.

—Idealmente no, disfruto ver sus caras de sufrimiento por individual —la risa sardónica del licenciado y su humor pesado era algo que me agradaban un poco, por lo que no deje pasar la sonrisa que me sacó su comentario—, pero es más satisfactorio ver el sufrimiento al dos por uno, así que trabajaran en grupo de dos.

Todos suspiraron aliviados mientras aquel chico anotaba algo en su libreta. Eran hipnóticos sus movimientos, cada uno de ellos parecía pulido bajo la gracia de la rudeza y a su vez elegancia.

—Agarra tu braga que se te está cayendo, hermana —Valery desvió mi atención hacia ella mientras soltaba una pequeña risita.

—Es atractivo... ¿Qué? —su mirada juzgadora fue lo primero que recibí—. ¿Me lo vas a negar?

—Lo siento, mi principal atención la tiene Mason —no era un secreto para nadie que desde pequeñas esta viborilla estaba enamorada de mi hermano.

—Eres una asquerosa, es mi hermano —hice la mueca de desagrado más dramática que pude.

—Es que, joder —maldijo en el tono de voz más bajo que pudo—. tus padres los hicieron con tanto amor que no sé cual de ustedes tres está más bueno —dejó caer su cabeza en la mesa que compartíamos a modo de resignación.

Suspiros (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora