Prologo

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El chico había huido lejos, tan lejos como se lo habían permitido sus capacidades. Por suerte tenía donde llegar. Estaba tan solo a unos minutos del pueblo de Joan, el amigo a quien le había confiado nada menos que su vida, su caballo cabalgaba con todas sus fuerzas, como si fuera consciente de que su amo podría morir en cualquier momento, se adentro en la inmensa oscuridad de un bosque que parecía inacabable. Las espuelas del animal tronaban melódicamente contra el suelo de tierra, lleno de maleza. Adam se aferraba a sus últimas esperanzas, mientras una suave luz lunar acompasaba un poco su corazón.

De pronto lanzó al cielo una bengala amarilla, que significaba "estoy cerca". Al llegar al otro lado del bosque el caballo aligeró el paso. Había llegado a la aldea de Joan, dobló por varios callejones y finalmente llegó a la casa, que sería su hogar de ahora en adelante, levantó la mano para tocar la puerta, pero antes de que lo hiciera, se abrió y Joan de un tirón lo hizo entrar. Habían más personas.

- Al fin estás aquí... Mi estómago, no te imaginas cuánto dolía. Adam, estas personas viven conmigo desde hace un tiempo, esta es la casa que me heredaron mis padres, antes de morir. Ella es Fawzia, es exhibisionista, pero es muy amable y colaboradora -dijo apuntando a una chica que no traía pantalones y solo vestía una camiseta. Adam se ruborizó un poco, pero procuró que nadie lo notara. - El que está durmiendo en el sillón es Noah, duerme bastante, pero es muy amable y colaborador. Y la pequeña que esta comiendo es Briana. Come mucho, pero es muy amable y colaboradora

- ¿A quién llamas pequeña? ¿A caso no recuerdas lo que te hice con este "pequeño puño"? – gritó Briana con la boca llena.

- Muchas gracias por recibirme en esta casa, espero que nos llevemos bien.- dijo Adam. Los chicos parecieron estar demasiado concentrados en lo que hacían para prestarle atención, por lo que nadie respondió. "Tendré que hablarles en otra ocasión", pensó – Los chicos conocen mi situación...

- Ellos no solo la conocen, ellos prometieron ayudarte.

Joan le indicó su cuarto a Adam, era mucho más de lo que él esperaba, era acogedor, tenía una pequeña ventana, un escritorio y un armario a la medida.

- Adam, antes de que te duermas necesito que me digas ¿cómo es él? .

- ¿Él? Red es como yo, pero con ojos iracundos y cabello rojo, viste una camiseta blanca con rayas negras, y su presencia es imponente.

- Dijiste que podría encontrarte en cualquier momento ¿Sabes cómo te rastrea?

- Él rastrea cada emoción negativa que me invade, a mayor intensidad de dicha emoción, más fácil le es encontrarme.

- Una última cosa ¿Conoces cuál es el motivo por el que quiere matarte?

REDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora