CAPÍTULO 3

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Con la linterna del celular alumbro cada rincón con miedo a que me ataque algún animal. Puedo distinguir el sonido de un búho a distancia y se me eriza la piel.

—Kira ¿qué carajos hacemos aquí? —digo moviendo una rama que se interpone en mi camino—está oscuro, hace frío y es de noche.

—Shhhh—me ordena—ya verás, sólo sígueme.

Trato de calmarme, pero me es imposible, si me sale una serpiente hasta aquí llegué. No se que locuras están pasando por la cabeza de Kira ahora, ni porque eligió venir de noche, pero espero que al menos valga la pena.

—Estoy considerando que en serio piensas deshacerte de mí.

—Eso no sería mala idea aprovechando la situación— responde, y su risa alivia un poco mis nervios.

—Bien, estamos cerca. Prepárate—habla mientras descendemos de un pequeño barranco.

Observo el cielo por un momento, no hay estrellas, pero se puede apreciar una hermosa luna llena.

—¿Cerca de qué? —indago curiosa aun mirando el firmamento.

—¡Mueve ese culo Ali! —exclama y casi siento que se me sale el corazón.

—¡Estúpida, mi corazón idiota! —reclamo burlesca.

—Estás embelesada viendo el cielo y no te apuras, cada segundo cuenta a partir de ahora—observa su celular—7 pm, sí, seguramente ya está aquí.

—¿Quién? —-­­­inquiero con un poco de miedo—¿Por qué estamos aquí? —silencio—No te hagas la desentendida.

—Ahhh, bien. Por un frasco.

—¿Un frasco? —inquiero arrugando las cejas mientras sigo sus pasos y esquivo una que otra rama.

—Sí, ese frasco me pertenece y necesito recuperarlo— responde.

—Me estás diciendo que venimos a las siete de la noche a un bosque tenebroso, con el peligro de que nos ataque un animal, o quien sabe si un extraño, ¿para buscar un frasco? Explícame, porque no entiendo.

—Es más que un frasco para mí—dice con un tono amargo—es aquí al parecer—dice escaneando el lugar y la imito.

Hemos llegado a lo que parece el final del bosque.

Apago mi linterna y el claro de luna recae sobre mí. Contemplo un abismo, el impulso de asomarme me puede y lo hago, observo la gran profundidad y me da escalosfrío, así que con un poco de torpeza me reincorporo y retrocedo unos pasos. La vista nocturna aquí es impresionante. Inhalo para sentir al aire fresco entrando a mis pulmones y exhalo con complacencia, esto es tan relajante. 

Este lugar es genial.

—Vale, pero ¿qué hace un frasco aquí? —inquiero girándome para observarla.

—Descubrí el diario de mi padre entre las cosas del sótano—el temblor en su voz es muy notorio y siento ganas de llorar, pero me contengo, ella recuesta su brazo en un árbol cercano para apoyarse. Le está costando decirlo, así que me acerco y le sobo el hombro en señal de apoyo. Su padre murió hace unos meses por un choque automovilístico. Al parecer conducía bajo los efectos del alcohol, ella era muy apegada a él, me ha tocado verla totalmente rota y sé que aún le duele, la muerte de un padre no es algo que se supera de la noche a la mañana, es más creo que ni se supera, sólo se aprende a vivir con ello. El señor Michael también fue como un padre para mí, así que puedo sentir gran parte de su dolor— ni siquiera sabía que tenía uno, en fin, leí que tiene un frasco oculto en este lugar—traga grueso—, donde metía un papel con cada cosa buena que le pasaba en la vida, y cuando se sentía triste venía aquí y las leía, y automáticamente se sentía más inspirado. Quiero recuperar ese frasco, quiero saber si fui una de sus razones para mantenerse vivo.

Mejor sola..!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora