17. ¿UNA COBARDE? TAL VEZ

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¿Me estás tomando el pelo? Ahora no podía hablar, aún no me había preparado ningún discurso ni sabía qué respuesta darle a lo que fuera que me iba a decir. Así no se hacen las cosas James, se avisa con antelación.

No quería hablar nada porque así no podía pensar objetivamente, no cuando en lo único que podía pensar era en hacer una locura gigante de nuevo.

El tono de mi móvil me sacó de mis pensamientos, le hice un gesto a James para que esperara un segundo mientras yo atendía.

— ¿Sí?

— ¡Emma!—la voz de Sky sonó por el altavoz— ¿Dónde te has metido? Melissa y yo ya hemos salido y te estamos buscando para ir a cenar.

—Ah sí, cierto, esperadme en la puerta del comedor que ahora voy.

Le colgué a mi amiga y volví a prestar atención a James.

—Lo siento tengo que irme—me di la vuelta.

—Emma espera, no evites el tema.

Me paré y giré la cabeza hacia él.

—Lo siento, de verdad, no sabes las ganas que tengo de hablar de todo esto, pero mi amiga me está esperando.

Antes de que pudiera decirme algo más o retenerme me fui. Por una vez no salí corriendo, pero apreté ligeramente el paso para que no me alcanzara si se proponía seguirme, aunque estaba segura de que no lo haría.

Le había dicho a Sky que iría al comedor, pero no tenía ni idea de donde estaba en este internado, tuve que pedirle a un chico de allí que me lo indicara. Bendita Sky, me había salvado de alguna cagada monumental con James, nunca había sido más oportuna ni la había querido tanto.

Aunque eso solo me había dejado el problema para más tarde, esperaba que hasta mañana no quisiera volver a hablar conmigo, así tendría la noche para pensar algo. Mis sentimientos seguían hechos un lío, creo que él podía llegar a gustarme, no era algo muy fuerte ni nada, pero ahí estaba, pequeñito.

Si me decía que el sentía lo mismo ¿Qué haría? ¿Salir con él? Seguía temiendo que me hicieran daño y sabía que eso pasaría tarde o temprano. Aunque si me decía que yo era una loca por haberlo abordado así y que no le había gustado sería incluso peor, porque significaría un rechazo de algo que ni siquiera había querido comenzar. Además, me dolería igualmente. La vida era muy complicada.

Por fin llegué a la puerta del comedor, vi que Melissa me saludaba con la mano y fui hasta ella. Por fin los cuatro nos sentamos en una mesa con la cena. No me había dado cuenta del hambre que tenía hasta que probé bocado. La comida sabía prácticamente igual que la del BTS así que imaginé que la harían en el mismo lado.

— ¿Dónde te habías metido antes Emma?—me preguntó Melissa a mitad de la cena, el resto me miraron igual de interrogantes.

A punto de besarme con James por segunda vez en un mismo día.

Obviamente no dije nada de eso y me inventé que estaba en el baño. Me da que Sky no se tragó mi excusa pero lo dejó pasar y no insistió más en el asunto.

No les quería mentir ni ocultar nada, por supuesto les quería contar todo lo que estaba pasando porque ellos habían sido sinceros y muy buenos amigos conmigo. Pero este no era el momento apropiado, porque conociendo lo payasos que son, gritarían y empezarían a hacer tonterías con lo que se acabaría enterando todo el mundo de este comedor.

Cuando terminamos la cena nos despedimos rápidamente del otro internado y nos subimos al autobús para ir al nuestro. Me senté con Melissa pero me puse música con unos cascos para abstraerme del mundo y no pensar en nada más, porque no quería estar yo sola con mis pensamientos. Era algo que siempre me decía mi madre y tenía razón, daba muchas vueltas a las cosas cuando algo no salía como yo quería hasta que encontraba una manera de arreglarlo.

No será la última vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora