prólogo

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Imaginen un terreno baldio, en el que se va caminando sin rumbo.
No hay mucho que ver ni árboles, ni rios, ni estrellas, solo el sol y la luna.
Me quedo congelado en medio de ese lugar, avanzó pero no se muy bien a donde voy, hasta que derrepente siento un golpe que entra en mi costado izquierdo, no duele pero si incómoda.
No veo a nadie a quien culpar, ya que me encuentro solo; mi instinto me confirma que me ha impactado una bala perdida en 2012, así fue como llegue al Restrepo, donde cree recuerdos de mi infancia buenos y malos, me llamó Juan Pablo Villamil Cortes y se que en el lugar el cual he llegado me impactarán muchas balas perdidas.

Por Una BibliotecaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora