Capítulo 3

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El chico nuevo

Cody

Otro día, otra mañana con una chica en mi cama y mi compañero Nerd durmiendo afuera, mire a la rubia por mi izquierda, pero sentí un movimiento a mi derecha, me voltee y era otra rubia con la misma cara que la de la izquierda, las mire y eran gemelas, sonreí divertido, pero el dolor de cabeza no me lo permitió por mucho tiempo, anoche hubo una fiesta en la casa de los tiburones, una hermandad de nadadores y como todo atleta debemos asistir para sentir el calor de todos los compañeros deportistas. Ambas chicas me abrazaron por la cintura y sonrieron, decidí levantarme, ellas aún seguían acostadas, mientras que yo me encamine hacia el baño, abrí la perilla que deja caer el agua caliente y relaje el cuerpo, al salir ambas chicas estaban en la cama mirándome con picardía, se levantaron, nos besamos y se despidieron. Deje que el nerd de mi compañero entrara y comencé a vestirme, elegí un jean color negro, una camisa marrón y zapatos negros, Salí del cuarto y me dirigí hacia al salón de historia, era el primero en llegar así que elegí un asiento cualquiera.

Mientras que él profesor hablaba de las guerras yo manoseaba la pierna a mi compañero de al lado ¿Quién lo diría no? Hago que hasta los hombres se derritan por mí, eso me gustaba, tenerlos a mis pies, sé que suena muy femenina la frase pero era la verdad, me gustaba que tanto chicos como chicas se derritieran por mí. Mientras que mi imbécil compañero llegaba al orgasmo entra un chico asustado de cabello negro, ropa negra a excepción de su camisa que era blanca, camino hacia un asiento, se sentó y comencé a examinarlo, era ese chico de la cafetería, el cual tenía muchas cosas a su alrededor, muchas preguntas por las cuales está buscando respuestas pero que ni aun sabe que preguntas son. Sabía que sentía mi mirada, pero no me importaba, quería que lo sintiera, quería que le incomodara. Las horas pasaron con rapidez que no me percate que nadie estaba en el salón, Salí y busque con la mirada ese curioso chico, pero no, no lo encontré.

- Oye rubio en que piensas – Isabelle mi mejor amiga interrumpió mis pensamientos al llegar por detrás y abrazarme por la cintura

- En nada amor mío, esperaba tu llegada – correspondí el abrazo con un beso en su frente ya que es un poco más baja que yo.

- Si seguimos así, pensaran que tendremos algo.

- Mejor, nadie te tendría solo yo – dije mientras acercaba mis labios a los suyos pero se alejo

- Si fueras una chica te besaría, pero no, sabes que no me gustan los hombres o bueno, hombres bien formados –

- Quieres que te presente mi compañero nerd? Capas él si quiera contigo.

- Podría ser, pero trato de ser fiel con Melani, debo dar el ejemplo.

Ambos reímos mientras bajábamos las escaleras del instituto, comenzamos a caminar sin rumo alguno, Isabelle y yo nos conocemos de niños, nuestras madres eran amigas y siempre mamá me llevaba a su casa cuando trabajaba con ella, la madre de Isabelle nunca la trato mal, nunca dijo algo inapropiado sobre mi madre, a pesar de que era su empleada, ella la quería, pero claro no todo es color de rosa como lo pintan los cuentos de hadas, la madre de Issy se casó con un hombre extraño, no soporto el divorcio con su esposo que tuvo que buscar a otro y así lo hizo, se casó con un hombre que solo la ama por su dinero, un maldito ambicioso que solo busca fama y fortuna, mi mamá trato de que la madre de Issy entrara en razón pero fue en vano, dijo que estaba celosa de que ella sí pudo conseguir marido y la mía no por ser pobre, la despidió y perdió contacto con ella. En cambio Issy y yo no, hicimos un juramento de que nada entre nosotros se opondría, ni siquiera la familia, que si es una amistad real, nada sería más importante. Pero claro, no puedo ir a casa de Issy porque su madre así lo deseo, por eso decidimos ir a la misma universidad, ella entro con una beca en arte y yo en atletismo, para mí es muy importante recibirme, tener un trabajo y ayudar a mamá con las cuentas, ella vive en un remolque a las afueras de Cambridge, no me dejo quedarme con ella, dijo que era importante que me concentrara en mis estudios, entre ella y yo juntamos suficiente dinero para pagar la universidad y obtener la beca. Todo lo que hago es por ella, para que ella se sienta orgullosa, verla feliz.

ATRAPADO ENTRE DOS MUNDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora