AU :
Lance McClain, asesino categoría número uno en la agencia de mercenarios más conocida de lo que queda del mundo, luego de que la escasez hídrica acabara con más de la mitad de la población, siempre ha tenido una sola misión, (sin contar el resto de trabajos para el cual lo contratan) acabar con el escurridizo Keith Kogane, uno de los miembros más importantes del mayor enemigo de la agencia, la mafia Kogane.
El desierto estaba, tal cual indica su nombre, desierto, no había vida a la vista más allá de una dálmata que escarbaba con impaciencia en la arena, hasta dar con el rostro —dejando un pequeño rasguño en la frente— de un moreno que había quedado enterrado bajo la arena hace unos minutos.El joven abrió sus ojos, cerrándolos de inmediato al sentir como unos granitos de arena entraban en ellos, sentándose de golpe, asustando al can de pelaje manchado, —similar a una vaca— mientras se restregaba los ojos con sus manos, buscando quitar la arena.
—Mierda —gruñó con irritación, quitando la mascarilla que, sin ella, no habría podido respirar bajo la arena esos insufribles minutos, fue buena idea seguir las indicaciones de su jefe para ir en la búsqueda del miembro más escurridizo de la mafia.
El can ladró y volvió a rebuscar entre los montones de arena, sacando una chaqueta roja con detalles en blanco y amarillo, llevándosela al chico moviendo felizmente su cola.
Cuando consiguió abrir sus ojos, Lance sonrió.
—Buena chica, Kaltenecker —felicitó, con una mano tomando la chaqueta y con la otra acariciando la cabeza cubierta de arena de su fiel mascota, algo ya común, ya casi todo el mundo era un desierto árido, y los lugares en los que quedaba algo de agua se habían vuelto privados. Los gobiernos se habían disuelto luego de la crisis mundial y todos los que quedaban se regían por una ley tácita que era una mezcla de coexistencia y la supervivencia del más fuerte por lo que no había a quien acudir por tal injusticia.
Aun así Lance no se quejaba, era gracias a ello que tenía trabajo. Gracias a aquel acuerdo silencioso entre todas las pequeñas poblaciones repartidas por el mundo es que el asesinato se había vuelto un trabajo real y bien pagado, obviamente habían estándares y no cualquiera podía hacerlo. Si no estabas bajo el nombre de una agencia y asesinabas a alguien eras repudiado por quienes te rodeaban, muchas veces exiliado, lo que significaba una dolorosa y lenta muerte tanto por insolación como por sed o hambre. En cambio, si pertenecías a una agencia y asesinabas a alguien, te veían con admiración, te respetaban —y temían— y lo único que debías hacer sería ser bueno en tu trabajo.
Lance era bueno en su trabajo.
—Ahora, Kaltenecker, busca —ordenó, haciendo que la perrita olfateara la chaqueta que había logrado conseguir del mayor en uno de sus últimos intentos por asesinarlo.
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𝘐 𝘞𝘪𝘭𝘭 𝘛𝘳𝘺 𝘛𝘰 𝘒𝘪𝘭𝘭 𝘠𝘰𝘶 [Klance]
FanfictionEn un mundo donde la escasez hídrica arrasó con los gobiernos del mundo y se llevó consigo a más de la mitad de los seres vivos del planeta, el asesinato se ha vuelto un trabajo, y las agencias de asesinos coexisten en paz, excepto una, que tiene po...