Capítulo 5

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Dos días después de su partida, llegó lo que había prometido, pero él no estaba ahí...

-Tom!-gritó mi madre

-¿Qué?

-Llegaron los regalos

-¿Encerio?

-Sí-se acercó a mí-toma-me lo extendió

Cuando lo toque pude, ligeramente, percibir que la caja era suave

-Oye, ¿me parece a mí o el envoltorio del regalo es raro?

-Es que es de seda, por eso es suave, ¿quieres que te la abra?

-No, gracias mamá pero creo que debería verlo en mi cuarto, ¿te molesta?

-No hijo, ábrelo dónde tú quieras

-Bueno, entonces subo

Aferré el obsequio a mi pecho y, sonrojado, fui a mi cuarto. Rápidamente entré y corrí hasta mi cama, saltando emocionadamente sobre ella.

Luego, al despojar el envoltorio del presente deslizé mi mano sobre la caja, auque pude notar unos bultos justo en el centro de ella

-¿Letras?-me sorprendí e hice el mismo movimiento para leer oraciones-''Para el pequeño ángel''- mis mejillas volvieron a tomar color- Grandísimo torpe-gruñí

Después de tanto misterio, al final, la abrí. Tenía mucha curiosidad por ver lo que me había dado, metí mi mano hasta el fondo, encontrando un libro
que sí podía leer. Realmente estaba muy felíz, ya no había palabras para describir lo que sentía, y la sorpresa fue aún mayor cuando me di cuenta de que el libro trataba sobre mí.

-No puede ser...-en ese preciso instante recordé sus preguntas-¿en qué momento habrá escrito esto?- sentía ganas de llorar, incluso había una dedicatoria.

Entonces, salí de mi habitación con el libro, caminé hasta la sala y se lo mostré a mi madre.

-Esto es lo que él me regalo-dije contento.

-Tiene una bonita tapa-pausó-¿puedo?

-¡Claro!

Estuvo unas horas leyéndolo, y cuando al fin terminó, lloró.

-¿Mamá? ¿qué pasó?- hablé muy preocupado.

-Lo leíste, ¿verdad?- asentí- es muy bonito... por éso estoy así, además trata sobre ti- ella no estaba diciendo todo, pude notarlo en su voz, pero luego siguió,
-el te quiere mucho, ¿no?

-Lo sé-no logré dejar de sonreír.

Al rato ella me enseñó el suyo sin pestañar, era un libro nuevo también, a mi parecer muy bonito según lo que ella me había leído. Aunque me sentí un poco tonto, porque yo como si fuera un niño, esperaba que el mismo me entregara el regalo, que fuera un pretexto para vernos de nuevo. Él me hacía mucha falta, yo quería volver a sentir su aliento sobre mi piel, quería probar esos labios otra vez, quería abrazarlo fuerte para que nunca más pudiera irse de mi lado. Pero ahora sólo sé que estoy confundido, jamás le importé tanto como creía, después de todo yo era solamente un chico ciego... duele.

Mi cabeza en ese momento, simplemente, me servía para cuestionarme, para herirme, para dudar. Tomé la desición de salir a caminar para despejarme un poco.

-Mamá, voy a salir- le avisé y ella, como de costumbre, asintió.

Ya eran las tres de la tarde y yo no lograba conseguir el objetivo, entonces decidí regresar. Al llegar subí, sin decir nada, a mi habitación. Me recosté y me di el lujo de descansar. Al día siguiente, repetí la misma rutina, salir a caminar y luego descansar. Y así pasaron las horas, los días, las semanas. No volví a saber de él...

-Mamá, me voy- le avisé y me fui al colegio. Caminé un par de cuadras hasta llegar, justo a tiempo, al lugar. Ahí me encontré con unos amigos y, juntos, entramos al salón. Nos pusimos a charlar un rato y nos sentamos esperando al profesor.

Luego de que llegara el día escolar fue normal, mi madre me pasó a buscar, me saludó con un beso en la mejilla y emprendimos el recorrido a casa. Cuando bajamos del auto, me paralicé al ver la puerta rota. Ella corrió hasta adentro y se percató de que nos habían robado, no se llevaron muchas cosas, porque lo más valioso estaba en la caja fuerte y esta estaba demasiado bien escondida para que la hallaran. Igualmente mamá fue a revisarla para darse cuenta de que seguía ahí, sin ningún rasguño. Yo hice una lista de lo que se llevaron para dársela a la policía, haciendo la denuncia correspondiente. Aunque era la primera vez que nos robaban, y yo estaba asustado, me comporté como todo un adulto educado y conciente. Ella se impresionó al ver cómo me manejaba.

Esa fue la primera vez en la que le demostré a ella que sabía organizarme y cuidarme sólo, dándole la seguridad que en aquel momento necesitaba. Después de unas horas, de tomar declaraciones y hacer denuncias, regresamos a casa. Para nuestra suerte, el seguro arreglaría la puerta en menos de dos horas. Retiraron la puerta y pusieron otra para no dejarnos sin una. Era vieja, pero servía para protegernos al menos dos horas más. Mi madre estaba felíz de que hubiera pasado cuando ninguno de los dos estuviera aquí. Incluso un canal de televisión vino a entrevistarnos, no sabía que nuestro caso era tan importante, tal vez les llamó la atención la vista que nosotros tuvimos al llegar. Espero que esto no se haya visto por muchos lugares, no queremos preocupar a nadie, ¿verdad?

Al siguiente día todos mis amigos me saludaron preocupados, temían que me hubiera pasado algo.

-Oigan, no tengan miedo, no me ha pasado nada, en ése momento no me encontraba en casa- todos suspiraron aliviados.

-Menos mal- rieron- nos diste un buen susto-comentó Yoite.

-Lo lamento.

-Bueno, no importa, vayamos a clases chicos-habló Sei.

Subimos todos juntos a el salón y nos preparamos para la clase de Literatura, hoy vendría un invitado especial. Estaba entusiasmado.

-Buenos días-saludó la profesora. Todos respondimos esperando a que nos hablara sobre el invitado especial. Pero nada. Supongo que no pudo venir, quién quiera que fuere, por éso no habló. Todos nos decepcionamos y creo que ella lo notó. Lo podía sentir en su voz. No sé desde cuándo pero... ahora puedo darme cuenta de lo que sienten los demás sin siquiera verlos.

El resto del día se tornó muy interesante.

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⏰ Última actualización: Jul 19, 2016 ⏰

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