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«Cap.4: Buscando a los elegidos»

Cuando el silencio se hace presente y solo la luna es testigo, las criaturas de la noche salen de sus escondites para vagar por donde aquellos con libertad pueden hacerlo. Sin embargo, aquella noche era muy distinta, esa noche los gritos y explosiones se escuchaban por todos lados haciendo que las criaturas tengan miedo de salir. Una mujer de cabello dorados y ojos plateados, apretaba su puño con fuerza, viendo desde lo alto de una colina, como las seis aldeas eran consumidas por el caos y el miedo.

– ¡Ofiuco! – la mujer se giró desenvainando su espada

– Mierda Galaxy, casi te corto el cuello – reclamo con el ceño fruncido y guardo su arma

La chica de cabello negro y ojos grises, sonrió nerviosa mirando como la anterior mencionada se adentra en la oscuridad del bosque

– ¿Dónde iras? – pregunto la menor

– Iré a buscar a los elegidos, cuida el campamento y a la menor sospecha de enemigos toca la flauta – dijo Ofiuco y desapareció entre una pila de arbustos

Aquello no sería mucho problema, ya que las energías de aquellos trece jóvenes eran demasiado fuertes y era la primera noche que experimentaban sus poderes sumado a su naturaleza sobrenatural. Le esperaba demasiado trabajo con aquel grupo, pero todo sea por volver a pisar el bello pueblo que la vio nacer.
 

***

– ¿Cómo es posible? – grito enojado el rey

El guardia tembló al ver como el rey se acerca a él, sus piernas parecían fallar y rogaba a sus adentros no caer ante el hombre de apariencia tenebrosa.

– ¿Cómo se pudieron escapar? ¡Son unos adolescentes! – exclamo lleno de furia y asiendo que sus ojos rojos brillaran con fuerza

Toda la sala enmudeció ante aquel grito, nadie quería ver al rey enojado, pero todo lo que decían era verdad. Los elegidos se habían escapado, los estuvieron buscando durante horas, pero no había ninguna pista de ellos.

– Pe-pero tienen poderes – dijo el chico asustado frente a él y con la cabeza a gachas

– ¡Búsquenlos! ¡Mátenlos a todos! No quiero que esos malnacidos vuelvan a ver la luz del sol nunca más – todos los presentes asintieron y salieron corriendo

El Rey rio mirando como poco a poco la luz del sol iluminaba el cielo, nadie podría sacarlo de aquel trono, mucho menos aquellos que decían ser los elegidos. Su padre nunca lograría atraparlo otra vez, nunca más volvería a esa jaula de petróleo rodeado de oscuridad.

– Atrévanse a venir pequeños, si es necesario los matare con mis propias manos, uno por uno – dijo con una sonrisa

Nadie podrá detenerme…

***

Un lobo negro y otro gris, caminaban sin rumbo por el gran bosque que los separaba de su aldea. Capricornio intentaba no dejar en evidencia el dolor en sus extremidades, pero Cáncer podía sentir el olor a sangre que emanaba el mayor y sus leves gruñidos

– Capri…descansemos un poco – pidió aun en su forma lobuna

El mencionado seguía caminado sumido en sus pensamientos, debía cuidar a su hermano y buscar al resto de los elegidos, pero también tenía que cuidar a su manada. Solo deseaba que su beta hiciera lo mejor y que nadie muera debido a su ausencia.

•Los elegidos• (Zodiaco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora