P O L I C E // Volkacio//

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Las cosas se fueron aclarando poco a poco.

¿Donde coño estaba? No tenía ni la más remota idea.

Pudo visualizar como Gustabo se acercaba a él.

- ¿Gustabo?, ¿donde estoy? - Miró su alrededor, pero por más que lo intentase su vista no enfocaba.

Estaba más ciego que una Tapia.

- Horacio, que alivio, pensé que te había agarrado algo... - pero no alcanzó a terminar de hablar cuando su colega le interrumpió.

- ¿y Volkov? - fue lo primero que dijo al poder visualizar que se encontraba en un hospital.

Gustabo rodo los ojos y suspiro pesadamente.

- Afuera. - observó la puerta con total desagrado.

- Puedes... Decirle que pase... Por favor. - la sonrisa de Horacio hizo que Gusnabo técnicamente no lo mandara a la mierda.

Al cabo de unos minutos su otaku favorito se encontraba en ese habitación.

- Oficial Horacio, ¿Cómo se encuentra? - esa voz tan sexy a oídos de Horacio, retumbó en todo el lugar.

- Bien... Creo - suspiros invadían cada palabra que salía de su boca, logrando que Gustabo se sintiera incómodo y
saliera lentamente de ese lugar.

- Joder, descanse, que un golpe de calor no es nada de coña. - soltó una risa nerviosa.

¿Por que Horacio no dejaba de verlo?

¿Tendria un moco?

¿Se vería mal?

- Una pregunta, - volvió a decir Víktor. - ¿Que me dijo en comisaría?

Y ahí estaban otra vez esas palpitaciones, el sudor, y la ansiedad. Sólo que esta vez no iba a poder desmayarse.

Así que lo mejor que se le ocurrió fue ¿fingir estar congelado?

- Sabe que no va a poder evadir la pregunta ¿verdad? - comentó tomando una revista, y sentándose en el asiento a un costado suya.

- ¿Que hace? - la voz de Horacio hizo un contraste con la de el otro hombre.

Volkov se limitó a sonreír.

- Estará aquí hasta mañana. Va a querer compañia... Supongo. - sus mejillas se tornaron de un rojo potente lentamente.

El hombre en la camilla solo asintió avergonzado. Pero en fin, era una actitud típica de Volkov.

»»——⍟——««

Oniii-chan yamete kudasai...

Momento otaku

Yamevoy