Capitulo 14: Oh, oh.

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Pronto una barrera de calor se me acerco por la espalda, a pesar de que acababa de tomar una ducha, el calor corporal que desprendía su cuerpo era fuerte, le escuche respirar junto a mi oído, en este vasto silencio también escuché como se remojaba los labios antes de hablar.

– Son hermosas, ¿no lo crees? -preguntó junto a mí. La piel se me puso en punta cuando el aire que salió de su boca me pego en la mejilla. Solo pude asentir, ya que mi garganta se había secado.

Nos quedamos ahí parados, cerca del otro, respirando pesadamente por la cercanía, me removí incomoda, no por él, sino por cómo se sentía mi pecho cerca a él, estaba ansioso, como expectante, pero nervioso y en mi estomago había un hueco que me daba costillas y me desestabilizaba, eran un manojo de emociones comprimidos en esa zona que complicaba totalmente la situación, no pudiendo mas con esto, decidí girarme, un muy mal movimiento, pues su pecho quedó a escasos centímetros de mi cara, góticas de agua aún estaban dándole un estilo único, baje la mirada y vi solo llevaba unos pantalones de lana como pijama, di un paso hacia atrás, para alejarme de él, pero entonces me golpeé con el marco de la ventana. Sentía su mirada fija en mi cabeza, traspasándome y leyendo pensamiento que ni yo entendía, la cara me ardió en un salvaje sonrojado que me atravesó la cara.

Pasamos así algún corto tiempo mas, cuando, sin aviso previo puso ambas manos a los lados de mi cara, dejándome aun mas acorralada, se encorvo, hasta que su cara quedo a la altura que la mía, pero yo seguía en mi labor de mirar fijamente al suelo, como si la cosa más interesante del mundo estuviese allí.

Estábamos tan cerca que su respiración movía cerdas de mi cabello, y que yo con tal solo estirar los dedos de la mano, le tocaría ese tan perfecto abdomen.

Una risa ronca y sin burla salió de su garganta, entonces lo mire fijamente a los ojos.

Error #3625 del día.

Su mirada se clavó en la mía, profunda, demandante, penetrante, me traspasaba cual vidrio y se apoderaba de mis pensamientos, mi cuerpo se sacudió en un movimiento que no supe identificar. Respiraba pesada e irregularmente, de la garganta no me salía ni un ruidito, la calefacción de aquel lugar ascendió en un segundo 20 °C y me dejaba la garganta seca. Y por favor no hablemos del torbellino de emociones que amenazaban con desbordarse y dejarme aun más perdida de lo que estaba.

Tuve que perder en el juego de miradas ya que no aguantaba el peso de la suya, la cara me ardía fuertemente, y a pesar de la opaca luz, sé que él lo notó.

Volvió a reír, esta vez con más vida, entonces para mi perdición, susurró con voz ronca: – Te veías tan salvaje huyendo, ¿Dónde quedó esa persona? ¿Acaso la devoraste? Porque si antes te veías salvaje, ahora mismo luces tan... -para mi perdición con un dedo levantó mi barbilla, ese simple toque fue como un rayo de electricidad que me recorrió todo el cuerpo, pero volver a verle a los ojos, ver esa mirada tan cargada derrumbó cualquier tipo de escrúpulo que hubiese podido haber antes.

Se fue acercando, milímetro a milímetro a mi boca, para sellar nuestros labios en un beso, tenía el corazón a mil latiendo en el pecho y martilleándome en los odios, con sus suaves labios sobre los míos, y sus manos a ambos lados de mi cadera, llegó mi perdición.

Mi corazón estalló como un globo y confeti de colores salió volando alrededor. Creí que mi pecho no iba a aguantar tanta tensión hasta que empezó a mover los labios sobre los míos, y ellos a su vez, como por vida le respondieron a sus caricias, como si llevasen toda la vida esperando este momento. Fue ahí el momento en el que no pude mantener los ojos abiertos por mucho más tiempo y me deje llevar por la extraordinaria sensación de este momento.

Sus dedos trazaban lentos círculos sobre la piel desnuda de mi cadera, mientras me acercaba más a él, mi celebro decidió que era la oportunidad perfecta para desconectarse, así que el instinto tomo el control de mis acciones. Mis manos viajaron a través de su cuerpo, tocando su abdomen, subiendo por su pecho hasta sus hombros acariciando cada parte de él con una habilidad que no sabía que tenía. Llegué a su nuca y lo atraje aun mas a mí, llevando el beso a otro nivel.

Tengo 19 años y nunca en mi vida había sido besada así, sentí que todos los besos anteriores que di, no fueron más que un juego, un simple acercamiento con otros de una manera infantil. Este beso era del tipo del que nunca te sacias, del que quieres más y más, que no puedes detenerte, del que nubla tus sentidos y juicio, del que no eres capaz de pensar en nada, del que hace explotar juegos artificiales en tu estomago y del tipo en que sientes que el mundo se puede acabar en ese momento y mueres feliz.

En algún momento, fui levantada y apoyada contra el borde de la ventana sin dejar de besarnos mis piernas se aferraron a su costado, dándole acceso para que se acercara más. Hubiésemos podido romper una marca del beso más largo del mundo esa noche perfectamente.

...

No nos enrollamos, pero estuvimos a tan poco, las hormonas me jugaron una mala pasada, a ambos, que nos dejamos llevar por las sensaciones, eso sí, mi camiseta y pantaloncillos salieron a volar en el camino de la ventana a la habitación, mientras seguíamos en el proceso de besarnos, pero nos detuvimos. No sé qué fue lo que lo ocasionó, simplemente llegamos a un nivel que sentimos que nuestros cuerpo quemaban así que pasamos a la bañera, después de tomar un baño juntos (y seguir besando esos adictivos labios) volvimos a la habitación aun en las toallas de baño, sin secarnos o cambiarnos, simplemente nos tendimos allí empapando la cama mientras el sueño y agotamiento del día nos envolvía a ambos y él en un cálido y dulce abrazo me envolvía a mí, para llevarnos juntos a la inconsciencia de un profundo sueño.

...

Estaba escondida debajo de la cama, temblando de los pies a la cabeza, entumecía del largo tiempo que ya llevaba ahí y en shock como para si quiera llorar.

En la mitad de la noche, mientras dormíamos profundamente, entraron aquellos hombres, efectivamente, huimos de aquella casa para nada, nos había encontrado, probablemente ya tenían a su padre y él dio la información, o simplemente llevaban tiempo vigilándolos.

Todo pasó demasiado rápido como para asimilarlo. 

En un momento estábamos durmiendo y en el otro Tae tenía un arma apuntando directamente a su cabeza.

A mí no me vieron, pues un segundo antes de que las luces se encendieran, Tae me empujó en un movimiento debajo de la cama.

Ya habían pasado horas de aquello, o así lo sentía yo, pues estaba segura que no llevaba más de 30 minutos ahí, hubiese salido de mi escondite si el terror no me hubiese paralizado todas las extremidades impidiéndome actuar.

Escuché el incesante quejido de dolor saliendo de la boca de Tae mientras era brutalmente golpeado por ellos, un golpe tras otro y otro después, y así por todo e tiempo desde que entraron.

A rastras lo habían sacado de la habitación, sometiéndole entre 3, pero antes de salir, aunque un arrebato de furia en el piso, casi que frente a mí, vi nuevamente la furia de ellos contra él. Lo arrastraron hasta una sala continua, donde esporádicamente se escuchaba un quejido o algo caer contra el suelo. 

Me estresé estando ahí abajo, me afligí al escucharlo sufrir así y de estar debajo impotente, así que salí, no fui directamente donde estaban, por las sombras me arrastre por la casa verificando que no hubiese nadie más en la casa, me asomé por la ventana donde hace unas horas me había besado y vi solo dos carros afuera aparentemente vacíos, ¿cómo no los escuche llegar?

Otro quejido se escucho en aquella habitación, no sé que planean hacer allí o que están buscando, o por qué simplemente no se fueron con él una vez que lo apresaron. Me acerco a la puerta y por un pequeño espacio en ella veo una escena que me hubiese querido ahorrar. 



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Hola, holaaa.

Como lo prometido es deuda, aquí esta el capitulo 1/2 de este fin de semana. 

Gracias por el apoyo y la espera, ¡os aprecio!

Besos y abrazos, LVK. 

El Pequeño Cuarto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora