Una propuesta para nada problemática

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Hola mis bellas y bellos lectores, gracias por entrar aquí. Hoy no les traigo una actualización, sino que un One-Shot. Lo siento, fue una idea que llegó de repente a mi mente cuando vi una imagen y que me fue imposible dejar de lado. Espero que les guste, ya que son de esas historias que no tienen perversión jajajajaj.

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Como siempre agradezco a todas las personas que leen mis historias y que me dejan uno que otro comentario, a las que votan, a las que me siguen, a las que agregan mis historias a sus listas y a las que simplemente me leen.  Para todos ustedes, muchas gracias, me inspiran de cierto modo a continuar.

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One-Shot dedicado a todas las personas que dejaron un review en mi última actualización: Melicia99, lavalley1402, Sha-Tea, carmen_tz, trilextl17, Ahenyl_Shamary555, violetauclair, RoronoaSaki, Shikamarunosabaku, PatienceNara, panteraloquita, pauh8D, JocelynPuga7, Ariza_chan29, HEYEARJA, LindaCameron0, Mizuiro_Rido, JessicaMartinezAguil, LailaG18, shikatema_nara, ysacano7, MakamenroyMaxaloma, agustinamartinez46 y Temari05Nara. Gracias por comentar, les mando a todos un gran beso y un fuerte abrazo.

Gionvanni_Nara, aún sigo esperando que me leas.

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Disclaimer: Naruto y todos sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto. La historia es mía y la publico sin ánimos de lucro.

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Una propuesta para nada problemática

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Había terminado de preparar la comida, sólo debía esperar que cocieran los alimentos para poder cenar. Tenía que matar el tiempo haciendo algo, sin embargo, por más que se dio vueltas por la planta baja de su casa, ninguna cosa la logró cautivar.

Abrió la puerta principal de su residencia, dio unos cuantos pasos y se detuvo debajo del umbral de madera. Contempló el paisaje por unos segundos, la tarde estaba cayendo y la brisa ligeramente comenzaba a aumentar. Decidió entrar y juntó la puerta, apenas ingresó a la sala, sus ojos se enfocaron en el reloj que adornaba la pared.

Faltaba quince minutos para las ocho de la tarde, y todavía su hijo no regresaba al hogar.

—De seguro se quedó conversando con Boruto y los demás —susurró soltando un suspiro.

Shikadai, ya había crecido. La época en que dependía completamente de ella había quedado atrás. Ahora era todo un adolescente que, como muchos, prefieren compartir su tiempo libre con chicos de su edad.

Caminó hacia el mueble que estaba a su derecha. Tomó el libro que estaba leyendo antes de ir a cocinar. Sus ojos sin querer se desviaron a otro compartimento del mueble.

Dejó el libro donde lo encontró y dirigió sus manos hacia el objeto que llamó su atención. Era un portarretrato con una fotografía de un momento muy especial en su vida. La observó detenidamente y sonrió. Habían pasado poco más de trece años de ese hermoso día.

Su mente quedó literalmente abstraída.

—¿Y esa sonrisa? —preguntó un curioso Shikamaru, mirándola desde la entrada de esa gran habitación.

Temari apenas lo escuchó, abrió los ojos sorprendida. Estaba en casa primero que Shikadai, un acontecimiento demasiado extraño para ella, pero era algo que la alegraba de verdad.

Bajó el portarretrato y giró de inmediato hacia él.

—Shikamaru, no te sentí llegar —espetó, la rubia, todavía con sorpresa reflejada en la cara—. Bienvenido a casa.

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