Epílogo 3

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Calle cerraba la puerta del auto con su espalda, mientras sostenía entre sus manos una caja con algunas cosas personales de su antigua habitación. Miraba maravillada la gran casa que estaba frente a ella, y observó con una sonrisa a su bella novia quien se colocó a su lado, también admirando su nuevo nidito de amor.

_Me gusta - comentó Poche - es espaciosa, y tiene un gran jardín - miró un gran árbol que estaba detrás de la casa - ¡mira! - corrió - ¡aquí puedo hacer claramente una casita del árbol! ¡Sería fantástico...- se detuvo y bajó su voz, ruborizada - claro...- sonrió acercándose a la castaña - el día que tengamos un bebé.

_¿Y por qué no lo vas construyendo? - ambas acercaron sus rostros, coquetas, hasta que Poche se separó sorprendida.

_¿Estás embarazada?

_No - rió por la expresión de la peliazul - pero...los bebés llegan sin planearlo, quien sabe si el nuestro está mas cerca de lo que creemos - Calle sabía que la sorpresa no estaba tan alejado de ese día, y vendría en menos de un año.

_En eso tienes razón, pero me gustaría construirlo junto a él, sería nuestro hobby de cada día - caminó hacia la entrada - ¿me ayudas, cariño? - señaló la puerta.

Calle se acercó a su lado, y abrió la puerta para ella, ingresando después de la peliazul.

_Siempre necesitas mi ayuda - Calle cerraba la puerta mientras sonreía.

_Y ahora también te necesito para otra cosa.

Calle gritó en una risita cuando Poche tiro de su mano para correr por la casa mientras buscaba con la mirada donde podría estar su habitación.

_Cariño - mencionó Calle - es en el segundo piso.

_¡Ah! Cierto - la peliazul comenzó a subir, pero se detuvo cuando pensó en algo extraño - ¿como lo sabes?

_Suposicion - respondió como siempre lo hacía ante cualquier cosa que resultaba extraño para Poche.

La peliazul se quedó pensando por unos segundos, pero luego solo le quitó importancia y siguió subiendo a su habitación.

****

Al día siguiente, Poche ingresaba a su trabajo, encontrándose en la entrada junto a su gran amiga, Laura, quien firmaba su llegaba en un cuaderno.

_¿Te enteraste? - Laura se colocó a su lado mientras Poche firmaba.

_De qué - se colocaba su bata blanca.

_Hoy tendremos nuevo jefe, dicen que es una mujer - también se colocaba su uniforme mientras avanzaban.

_¿Y qué pasó con Luis?

_Se retira, se va a jubilar.

_Oye, oye - llegaron al lado de sus compañeros que también parecían estar conversando - ¿no es ella?

Giraron a ver sobre las escaleras, donde una bella mujer conversaba con el segundo al mando, cuando sintió sus miradas, y giró a verlas, deteniéndose un instante en donde Laura, quien también mantuvo su mirada, para luego solo dejar de verla y seguir en su conversación.

_No creo que sea ella - respondió Lala - es muy joven para hacerlo.

_Buenos días - todos los trabajadores se mantuvieron callados y giraron en dirección a la fuerte voz que estaba frente a ellos - me presento, soy la nueva jefa al mando, mi nombre es Samantha, desde hoy trabajaré con ustedes - sonrió con amabilidad.

Y sin volver a evitarlo, las miradas de Samantha y Laura volvían a cruzarse, era como...si ya se conocieran.

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