CAPÍTULO DOS

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Narra David

el sol se cola por la ventana obligándome a abrir mis ojos, todavía nos encontrábamos en el avión, Leti seguía dormida, saco mis audífonos y mi celular para escuchar un poco de música.

Devuelvo mi vista a la ventana de mi costado y puedo ver cuán alto estamos, los pequeños edificios y rascacielos se pueden ver casi cerca, como si pudiera tocarlos en cualquier momento; y la torre Eiffel, tan hermosa.

- Leti ... Leticia despierta -la muevo un poco para que despierte

-mmmm, ¿qué pasa? - pregunta adormilada

- ya llegamos -susurré

- ¿enserio? - se sienta mejor para poder ver por la ventana

asentí y le señalé la torre Eiffel

- ¡qué bonito! -dice emocionada casi pegándose a la ventana

En pocos minutos el avión aterriza, tomamos nuestras maletas y nos dirigimos dentro del aeropuerto para poder buscar a la persona que nos recogería. Comenzamos a buscar un cartel con mi nombre "David Volkova" hasta que lo encontramos y nos dirigimos hasta el señor con traje y gafas

- usted debe ser el joven Volkova -sonríe

- sí, soy yo ... señor ...-lo miro

- Ernesto, dime Ernesto, seré su chófer de hoy en adelante, el señor Lublanc lo espera -dice con un hermoso acento francés

Asentimos y él nos ayudó con las maletas, llegamos hasta un auto lujoso y elegante que fue abierto para nosotros, subió primero Leti y luego yo, en la parte trasera, en cuanto estuvimos listos el chófer comenzó a conducir.

La cuidad es hermosa, muy elegante para ser real, las personas serias y muy a la moda caminaban alegremente por las calles de París, Francia. Llegamos a un gran edificio de 10 pisos aproximadamente, muy elegante, era todo de un material cristalino.

Ernesto nos abrió la puerta y nos ayudó a bajar

-el señor Leblanc lo atenderá, solo dígale su nombre a la secretaria y les indicara su oficina -dijo amablemente

- muchas gracias Ernesto - dije sonriente

- es un honor joven Volkova -sonrió y subió de nuevo a su auto

- vamos -digo con las maletas en mano

- estoy emocionada -dice Leti sonriendo

Solté una pequeña risita y comenzamos a caminar, entramos y... ¡Dios!, todo es tan moderno, tan elegante, al fondo y en medio de todo vemos una pequeña oficina al aire libre donde supongo yo, estaba la secretaria así que nos acercamos a ella

- buenos días -dije sonriendo

- de bons jours ¿en quoi peux-je les aider? - dice con un tono francés

- je suis David Volkova, j'ai une rendez vous avec a le monseiur Leblanc -digo sonriendo

- oui, Venez avec moi - dice educadamente

caminamos detrás de ella

- no entendí nada de lo que dijeron -dijo Leti confundida

- me dijo buenos días, ¿en qué puedo ayudarle? y yo le contesté que tenía una cita con el señor Leblanc, y dijo que la acompañáramos -dije con una pequeña risita al final

- entonces, hablas muy bien francés ¡eh! -me codeó levemente en la costilla

- eso creo -sonreí apenado

El camino del amor©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora